El acoso sexual es una forma de violencia que sufren millones de niñas y mujeres diariamente, en todo el mundo. Es una práctica producida por hombres y replicada por ambos géneros que se normaliza en la cotidianeidad social y se manifiesta en el espacio público y privado por medio de insinuaciones, silbidos, manoseos, exhibicionismo o agresiones.
Para la diputada Federal, Maricela Contreras Julián, del Grupo Parlamentario del PRD, “los hombres son los privilegiados en el espacio público, mientras las mujeres siguen siendo ajenas, lo que resulta en una vida cotidiana con impedimentos de tránsito libre por las calles, que inhibe el disfrute pleno del espacio público. Hasta hoy, es un problema que se minimiza; sin embargo la realidad es que la violencia siempre va en escala y es una obligación del Estado realizar acciones para prevenir que continúe manifestándose y reproduciéndose”.
En este sentido, Contreras Julián presentó un punto de acuerdo que exhorta a todos los gobiernos de las entidades federativas a implementar políticas públicas en contra del acoso callejero, las cuales incluyan campañas de difusión para prevenirlo y contribuya a la transformación de las relaciones sociales entre hombres y mujeres, basadas en el respeto de sus derechos humanos.
“Es indispensable apoyar iniciativas contra la violencia de género, desde todas las trincheras, por lo que también hacemos un llamado a adherirnos a la convocatoria #Vivasnosqueremos y manifestemos en la calle el domingo 24 de abril contra la violencia machista. Por lo que hago un llamado a adherirnos a esta convocatoria nacional que hacen diversas organizaciones y a la que han sumado 27 ciudades, hasta el momento”, manifestó la legisladora.
En los últimos años la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras organizaciones en distintos países del mundo, han comenzado diversas acciones para detener y erradicar el acoso callejero. Una de ellas fue “Ciudades Seguras Libres de Violencia contra las Mujeres y las Niñas” implementado en Egipto, India, Ruanda, Brasil, Costa Rica, Honduras, Kenia, Marruecos, entre otros. Países como Perú y Chile ya tienen tipificado como delito el acoso callejero y actúan en consecuencia contra esta práctica.
“En nuestro país se culpa a las mujeres por el acoso que sufren, ya que en el imaginario colectivo se ha enquistado la idea errónea de que son violadas o acosadas por la manera en la que se visten, por caminar solas en la calle, o por hacerlo a altas horas de la noche. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 72% de mujeres que vive en la Ciudad de México denuncia haber sufrido algún tipo de violencia sexual y para las mujeres jóvenes aún es peor, ya que la cifra de abusos aumenta hasta 78 de cada 100 mujeres entre 20 y 29 años”.
En la actualidad, gracias a las redes sociales se han evidenciado este tipo de prácticas y han sido señaladas mostrando el repudio de la ciudadanía. Por ejemplo, el Día Internacional de la Mujer, la periodista independiente Andrea Noel a plena luz del día sufrió un ataque sexual en la colonia Condesa de la Ciudad de México, luego de que ella misma diera a conocer el vídeo en donde un hombre le levanta la falda para bajarle su ropa interior, miles de usuarios compartieron comentarios de apoyo en sus redes sociales; sin embargo también recibió ataques y amenazas por esa vía, lo que dejó al descubierto lo interiorizada y arraigada que se encuentra la violencia hacia las mujeres en nuestra sociedad.
“El acoso, tanto en el espacio público como en el privado, son prácticas que revelan relaciones de poder entre géneros, realizadas sobre todo por hombres y recaen fundamentalmente sobre mujeres. No se trata de una relación consentida, sino de la imposición de los deseos de las personas que los cometen contra quienes quieren someter. Es una realidad que necesita legislarse para terminar con la reproducción de la violencia de género”, concluyó.