México, 7 jul (PL) En el sitio arqueológico de Teotihuacán, en el Estado de México, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) estudian el entierro de una mujer de la élite que vivió hace aproximadamente mil 600 años.
«Fue una persona única», que falleció entre los 35 y 40 años de edad, informó el antropólogo físico Jorge Archer.
El experto detalló que la cabeza de esta mujer debió lucir alargada, porque su cráneo muestra una modificación que se logró mediante una compresión fronto-occipital muy extrema.
Se trata de un tipo de deformación cultural que no fue propia de esta región del Altiplano Central donde se localiza Teotihuacán, sino del sur de Mesoamérica, aseguró, de acuerdo con un comunicado del INAH.
La mujer de Tlailotlacan, como fue nombrada por los investigadores porque se halló en dicho barrio en 2014, se distingue por un par de redondas incrustaciones en los incisivos centrales.
«Para ello se tuvo que hacer un taladrado en el esmalte, una técnica que se tiene reportada en la zona maya, en la región del Petén y Belice», subrayó.
Lo más sobresaliente es una vistosa prótesis que tiene forma de un incisivo en piedra verde, al parecer de factura foránea, precisó.
Verónica Ortega, subdirectora del sitio arqueológico, dijo que el descubrimiento del entierro se registró durante las excavaciones en un predio de la colonia El Mirador, en el poblado San Juan Evangelista, en Teotihuacán, donde en épocas prehispánicas se asentó el Barrio Oaxaqueño.
A este también se le llamó Tlailotlacan, que significa el de la «gente de tierras lejanas», amplió.
Los arqueólogos señalan que el evento funerario debió ocurrir entre los años 350-400 de nuestra era.
Pese a la distancia -unos 600 kilómetros que separan el área central oaxaqueña de Teotihuacán- la gente originaria de los Valles Centrales respetaba la traza urbana de la gran ciudad, pero al interior de sus casas reproducía sus propios patrones.
En Teotihuacán se alzan la Calzada de los Muertos y las muy conocidas pirámides del Sol y la Luna.