Alemania mantiene en secreto archivos sobre dictadura argentina

Por Harald Neuber

Berlín (PL) Después de 30 años del fin de la dictadura militar en Argentina (1976-1983), el gobierno germano mantiene todavía archivos en secreto sobre el papel de la política de Alemania Occidental y la diplomacia.
Esto se desprende de la respuesta a una moción de preguntas parlamentarias del Partido de Izquierda.
De este modo se pueden encontrar en los archivos del Servicio Federal de Inteligencia (BND), la oficina de inteligencia exterior, la Cancillería Federal y el Ministerio de Asuntos Exteriores, documentos relativos a la dictadura militar que están provistos de las llamadas notas de acceso restringido.
El público no tiene acceso a ellos, sin embargo, normalmente los archivos de los inventarios federales son puestos después de 30 años al conocimiento del público.
Las respuestas del gobierno federal alemán se contradicen con declaraciones de representantes del propio gobierno.
De esta manera Frank-Walter Steinmeier, ministro de Exteriores, rechazó a principios de junio -durante su visita a Argentina- la acusación de que siguiesen existiendo archivos secretos.
«A estos documentos puede accederse libremente en el Ministerio de Exteriores desde hace muchos años. Nosotros no nos escondemos a estas preguntas», dijo el político socialdemócrata.
No obstante, en su respuesta a la Izquierda declaró el gobierno: «Todos los archivos tienen libre acceso, excepto tres expedientes cuyo consulta ha sido limitada para proteger intereses fundamentales de la República Federal de Alemania.»
Así mismo se encuentran más documentos secretos sobre la dictadura militar argentina en los archivos de la Cancillería Federal y del Servicio Federal de Inteligencia.
Tan solo en el servicio de inteligencia exterior se encuentran 40 volúmenes de documentos en concreto, dice la respuesta, que detalla:
En la Cancillería Federal habría «una cantidad determinada de un dígito de los archivos relacionados con la solicitud», «documentos sueltos en otros registros diversos», así como correspondencia resultante en relación con las preguntas»; parte de los archivos ha sido clasificada de acceso restringido.
En el Servicio de Inteligencia Federal se encontrarían «archivos con permanentes limitaciones de acceso», entre ellos «cerca de 40 volúmenes de documentos» con diferentes niveles de clasificación.
Existe también una cantidad importante de documentos sobre los negocios de armas entre la antigua República Federal y la dictadura militar en Argentina.
El gobierno federal alude 797 operaciones de exportación de armas y diversos archivos en otro inventario.
No queda claro hasta qué punto estos documentos almacenados en los archivos federales puedan ser consultados realmente.
Serian accesibles al público «siempre y cuando ya tengan más de 30 años» y «no estén clasificados», así como «no estén sujetos a otras disposiciones que limiten su utilización».
El gobierno federal confirmó indirectamente los contactos entre el Servicio de Inteligencia Federal (BND) y la junta argentina que asesinó cerca de 30 mil personas. Dos preguntas respecto a estos contactos no fueron respondidas públicamente.
A esta información se tiene acceso en la oficina del parlamento para la protección de documentos secretos.
«Nuestra moción de preguntas parlamentarias al gobierno federal confirma lo que hasta ahora suponían los investigadores científicos y activistas de derechos humanos: a pesar de las afirmaciones contrarias del gobierno federal se mantiene clasificada, con uso restringido, una cantidad apreciable de archivos sobre la política de Alemania Occidental hacia la dictadura militar en Argentina», dijo la vicepresidente de la Bancada La Izquierda, Heike Haensel y promotora a su vez de la iniciativa.
Parece que «obviamente se quiere mantener más de una cosa oculta», señaló.
También faltaría una disculpa oficial del gobierno federal con las familias de las víctimas de origen alemán de la dictadura militar, afirmó Haensel.
La periodista Gaby Weber ve en las respuestas del gobierno federal una prueba «de su completa falta de transparencia y su falta de voluntad para revelar la estrecha participación de la República de Bonn con las dictaduras en América Latina».
El gobierno federal oculta los archivos correspondientes ante los parlamentarios, historiadores y periodistas, a pesar de que las leyes prevén lo contrario.
«Incluso en el proceso actual, que he abierto contra la República Federal de Alemania para la publicación de los archivos del BND sobre la dictadura militar en Argentina, muestra esta mentalidad de asedio», afirmó Weber.
El BND afirma que la confidencialidad se aplica de forma permanente también a regímenes torturadores. «Esto es por supuesto totalmente inaceptable», dice Weber, «debido a que así argumenta también la mafia.»
La junta militar bajo el control del general Jorge Rafael Videla persiguió de 1976 a 1983 un plan sistemático para el exterminio de la resistencia democrática. Todas las estructuras de las Fuerzas Armadas fueron usadas para los asesinatos.
Según los datos de organizaciones para la defensa de los derechos humanos hubo aproximadamente 600 centros secretos de tortura y de exterminio.
En el campo de prisioneros más grande, el de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), fueron internados, durante cierto tiempo, hasta cinco mil disidentes de la dictadura. Muchos de ellos fueron arrojados desde aviones aún vivos al río de la Plata.
Organizaciones para la defensa de derechos humanos calculan en casi 30 mil personas la cifra total de víctimas. Entre los muertos hubo también por lo menos 70 alemanes y personas de ascendencia alemana, entre ellos varios estudiantes como Elisabeth Kaesemann.
La joven fue torturada durante semanas antes de su asesinato, sin que el Ministerio de Relaciones Exteriores, bajo el liderazgo del político del Partido Demócrata Liberal (FDP) Hans-Dietrich Genscher, la ayudara.

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