«Doctor Strange» o ¿Por qué hacer un filme complejo?

Escenarios multicolor, construcciones fragmentadas, paredes interdimensionales que se rompen; siluetas que se replican a modo de fractales; portales; transparencias por doquier; si, así de compleja es la estética de la película.

Por Fernando Salinas 
Ciudad de México, 26/10/16, (N22).- Súper Héroes icónicos del universo Marvel como The Avengers, Spider Man y los X-Men han desfilado por la pantalla grande este año. En su mayoría con adaptaciones que no suelen ser fieles al cómic, reinventando personajes y cambiando la esencia del guion al punto de convertirlo en otra historia. A pesar de esto han triunfado entre los fanáticos, aunque no tanto en el caso de los puristas del cómic, que suelen ser un público más exigente a la hora de los detalles.
Esta vez, Doctor Strange se une a esta lista pero, ¿por qué hacer una película de un personaje complejo y no tan conocido? Es simple, el hechicero maestro es diferente y como su nombre lo sugiere, extraño. 
Stephen Strange es un médico cirujano exitoso, que sobresale por sus habilidades con el bisturí. Lleno de fama y prestigio, el ego del personaje va in crescendo, sin embargo, después de sufrir un accidente automovilístico que lo deja imposibilitado para trabajar, Strange tendrá que hacer un viaje a tierras distantes, donde aprenderá a dejar el orgullo de lado y  tendrá que buscar la redención por medio de la espiritualidad, a través de las enseñanzas del monje conocido como The Ancient One.
Con un largo proceso de aprendizaje comprenderá el uso de la magia mientras busca la pronta sanación de sus heridas.  Hasta aquí nada es nuevo, la película cuenta el origen de este mágico personaje pero, ¿qué elementos ofrece que la hacen tan peculiar?
Hablar del Doctor Strange es hablar de hechicería, el primer elemento que salta a la vista y retuerce la lógica de lo visto hasta el momento en el cine.
Imágenes dignas de un viaje ácido se presentan en pantalla mientras el mentor del protagonista,  The Ancient One,  enseña a su nuevo discípulo lo complejo de las dimensiones que comprenden la realidad que se ve y la que no, lo que en el mundo de Marvel se conoce como el multiverso.
Escenarios multicolor, construcciones fragmentadas, paredes interdimensionales que se rompen; siluetas que se replican a modo de fractales; portales; transparencias por doquier;  si, así de compleja es la estética de la película. 
Desde el entrenamiento hasta las batallas, se explota el uso de hechizos, armas, reliquias y artes marciales y por supuesto, la distorsión de la realidad a través de los planos. Esto, literalmente, es la magia del filme.
El director Scott Derrickson, logró adaptar la historia original de Stan Lee a la pantalla grande sin problemas, sin embargo, hizo algunos cambios que saltan a la vista, por ejemplo, los personajes Mordo (Chiwetel Ejiofor)  y The Ancient One (Tilda Swinton), en los que decidió incluir actores con orígenes étnicos distintos a los  creados en la historieta, y  en el caso del segundo, incluso se optó por cambiar de sexo.

Las actuaciones cumplen su cometido, sobre todo Benedict Cumberbatch, quien guarda un gran parecido al personaje original. Su carisma se impone en la cinta, amén de la fiel interpretación, caracterización y vestuario del mago. 
Doctor Strange es una película que representa forma convincente a uno de los personajes más poderosos de Marvel Comics. Una cinta que impacta a la vista y convence a propios y  a extraños.

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