No tiene que ser silenciosa

Guillermo Robles Ramírez
Por Guillermo Robles Ramírez

Lo que ha sido a finales de octubre, principios de noviembre, diciembre, enero y todavía febrero por donde quiera que fuera en lugares públicos como restaurantes, plazas comerciales, centros departamentales, etc., se escuchaba el mismo. ¡Aaaaaaachuuuuuu!, ¡Cof!, ¡Cof!, ¡Cof!, ¡Cof!, ¡Cof!, ¡Cof!, ¡Cof!, ¡Aaaaaaachuuuuuu!

Y como se tratará de un nuevo idioma en donde alguien estornudaba o tosía y el otro le contestaba hasta más fuerte, como si estuvieran compitiendo y otros solamente le lagrimaba los ojos de donde trataba de aguantarse las ganas de toser por pena a ser escuchado o bien para evitar el raspar la garganta por esa molesta sensación de tener un polvito incómodo que no se quita con un simple pasar de saliva.

Todos se escuchaban uno al otro, pero nadie fue para investigar el por qué y lo peor es que cada uno de nosotros lo convertimos en algo habitual o normal como parte de la cotidianidad.

Sin embargo, cuando el existe una tos significa que algo no anda correcto en el cuerpo, pero todos callaron y otros fueron atendidos por médicos, pero la mayor parte de ellos diagnosticaban esos síntomas como si fuera un problema de alergia.

Otros no corrieron con la misma suerte en donde la temperatura los mandó derechito al reposo total, y esos fueron diagnosticados con una gripa fuerte. En ambas situaciones solamente los médicos fueron los únicos beneficiados pues de tantos medicamentos y visitas con el doctor solamente llenaron sus bolsillos.

Durante esos meses los síntomas se presentaron en más pacientes pero ningún doctor se atrevió a diagnosticar síntomas de influenza y aquellos médicos de confianza que fueron muy pocos se atrevieron a mencionar el cuadro clínico de influenza los pacientes y así como familiares guardaron silencio para no decir nada a amistades, centros de trabajos, e instituciones educativas para no ser señalados o que tomaran medidas como el aislamiento a sus propios hogares pero teniendo repercusiones en su ausencias.

¿A quién culpar por tanto silencio?, ya que, por una parte, en caso de ser influenza, los médicos tenían prohibido por las autoridades estatales y federales en no causar pánico y guardarse el reporte. Y por otra parte el paciente y familiares también callados para no causar pánico.

Así, es como sucede en muchas películas de ciencia ficción, terror, misterio, drama, entre otros géneros que están basados en hechos reales sobre todo aquellas de ciencia y espionaje. Estas dos últimas en donde salen extraterrestres en invasión al planeta Tierra y aquellas en donde interpretan agentes secretos, aseguran que son ciertas, aunque como cualquier otra película taquillera le dan su toque mágico para que el público asista a las salas cinematográficas.

En la historia del cine extranjero unos de los temas favoritos son aquellas de las que se hablan de epidemias esparcidas alrededor del mundo o simplemente a un país. Una de ellas inspirada en el fenómeno de la influenza H1N1 fue la inspiración para la película “Contagio” en donde relata cómo una pasajera en un viaje a una ciudad de Asia y es contagiada con una enfermedad en donde se desata un contagio a su nación de origen. También los clásicos fílmicos titulados “Epidemia”, Doce Monos, Exterminio y una larga lista de películas con el mismo tema en donde cada una de ellas tiene el mismo denominador en el cual el virus es transportado por un paciente cero en un avión para posteriormente ser liberado en otro lugar público para continuar su epidemia con el resto de la población.

Así de la misma manera como sucede en las películas se dio a conocer en el mes de febrero los pacientes con el virus de la influenza, en donde ahora sí reportan y se publica en los medios aquellos pacientes que murieron por la causa de la influenza.

Las campañas de la vacunación de la influenza solamente están en los banderazos porque conforme pasan las semanas las vacunas se hacen ojo de hormiga o dejan desprotegido al sector de la población a la que no son candidatos ya que solamente menores de edad y de la tercera edad son los que tienen derecho de la vacuna, pero el resto de la población queda venerable siendo las muertes que mayor se han presentado.

Una enfermedad que tanto las autoridades como la sociedad lo están haciendo silenciosa, pero principalmente los primeros cuando esto no debería de ser ya que si las instituciones de salud autorizaran el aviso oportuno a la comunidad sobre los casos de influenza para que los ciudadanos tomen medidas oportunas. No hay que hacer de esta una enfermedad silenciosa cuando no lo es como el caso del cáncer. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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