El largo y complejo camino hacia la autonomía de regiones italianas

Por Frank González

Roma, 28 oct (PL) A pesar del reclamo de mayor autonomía expresado por las regiones italianas de Lombardía y Véneto a través de sendos referendos, el camino hacia esa meta se presenta hoy largo y complejo.
La consulta en ambos territorios se realizó hace una semana al amparo del artículo 116 de la Constitución, según el cual las regiones pueden solicitar «ulteriores formas y condiciones particulares de autonomía» en los límites establecidos por la ley, en el contexto del denominado regionalismo diferenciado.
Eso significa que las regiones con finanzas sanas pueden pedir más competencias que las asignadas a las incluidas en la categoría de «estatuto ordinario», según establece el artículo V de la Carta Magna que regula las relaciones entre el Estado y las autonomías locales, para lo cual no es necesario un referendo.
De hecho, esa fue la vía escogida por Emilia-Romañaa para pedir el control sobre cuatro de las 23 áreas autorizadas por la legislación vigente como trabajo y formación; empresa, investigación y desarrollo; salud; y gobierno del territorio-ambiente.
Por razones políticas más que prácticas, los gobiernos de Lombardía y Véneto, presididos por miembros de la xenófoba y originalmente separatista  Liga  Norte (LN), optaron por la realización del referendo con la victoria del Sí asegurada de antemano.
Esa decisión, criticada por algunos al considerarla un gasto innecesario de dinero público, fue defendida por los gobernadores de Lombardía, Roberto Maroni, y Véneto, Luca Zaia, como un paso necesario para llegar con mayor capacidad negociadora a las conversaciones con Roma.
En Lombardía, donde no importaba el quórum, se consultó a los electores si deseaban que la región, considerando sus características y en el contexto de la unidad nacional, iniciara las acciones institucionales necesarias para pedir al Estado ulteriores formas y condiciones particulares de autonomía.
La pregunta en Véneto, por su parte, se limitó a saber si los votantes deseaban que a la autoridad regional se le concedieran ulteriores formas y condiciones particulares de autonomía, aunque allí si era necesario contar con la participación del 50,1 por ciento de los electores registrados para validar los resultados.
Finalmente, el voto afirmativo alcanzó en Véneto el 98,1 por ciento, con una afluencia del 57,2 con lo cual superó el límite mínimo exigido, mientras que en Lombardía, la asistencia a las urnas fue de alrededor del 40 por ciento y el voto positivo rebasó los 95 puntos porcentuales.
Apenas conocidos los resultados, Maroni y Zaia expresaron que reclamarían el control sobre las 23 materias eventualmente transferibles a las regiones, según los artículos 116 y 117 de la Constitución, entre las cuales se incluyen las finanzas públicas y el sistema tributario.
Forman parte también de esas atribuciones, la organización del sistema judicial, limitado a los jueces de paz, la protección civil, los puertos y aeropuertos civiles, grandes redes de transporte y navegación, comunicaciones, la producción, transporte y distribución nacional de energía y el comercio exterior, entre otras.
El gobernador de Lombardía  mantuvo su postura de negociar con el gobierno nacional en los límites establecidos por la constitución, en tanto el de Véneto reunió de inmediato a su junta de administración para reclamar la condición de estatuto especial.
El rechazo del gobierno llegó a través del subsecretario de la presidente del Consejo de Ministros encargado de los Asuntos Regionales, Gianclaudio Bressa, quien expresó que el ejecutivo está listo para iniciar negociaciones con la dirección veneciana, pero al amparo del artículo 116 de la Constitución de la República.
El problema -dijo- es que Zaia hizo aprobar en la junta una propuesta de modificación constitucional para incluir a Véneto entre las regiones con estatuto especial, lo cual no compete al gobierno, sino al parlamento.
El funcionario recordó que tal condición la ostentan solo cinco regiones italianas, aspecto señalado por la sentencia de la Corte Constitucional en 2015, cuando admitió la posibilidad del referendo.
En tales circunstancias, el panorama parece despejado para que el territorio lombardo se una a Emilia Romaña en las tratativas con el Gobierno para obtener la autonomía a la que aspiran, proceso que debe concluir con una ley que requerirá la aprobación de las dos terceras partes de la Cámara de Diputados.
En cuanto a Véneto, todo indica que tendrá que renunciar a su aspiración de obtener la condición de estatuto especial o de lo contrario esperar a otro momento para lograr la anhelada autonomía.

Deja tu comentario