¿Qué tan cerca estamos del fin?

Vale la pena reflexionar sobre este dispositivo que mide qué tan cerca estamos del “juicio final”; este año se adelantó 30 segundos: ahora estamos a dos minutos y medio de la medianoche, considerada la “hora oscura”

Por Karen Rivera

Todo ser vivo que habita la Tierra desaparecerá en 150 segundos, esto de acuerdo con el Reloj Simbólico del Fin del Mundo. Se trata de un instrumento creado por un grupo de científicos en 1947, después del ataque nuclear de Estados Unidos sobre Japón, con la intención de generar conciencia sobre el peligro de utilizar este armamento. Diseñado por Martyl Langsdorf, esposa del físico Alexander Langsdorf, quien trabajó en el desarrollo de la bomba atómica, el también llamado “Reloj del Juicio Final” se inició a las 23:53 horas, su minutero y segundero es manejado por el Boletín de Científicos Atómicos, en Chicago. Se considera que de llegar a la medianoche significaría una catástrofe global.

Benjamín Ruíz, experto en armas químicas, explica que “¿por qué se relaciona con la oscuridad la medianoche?, porque el estallido de un arma nuclear en su punto de consagración de inicio puede alcanzar varios millones de grados centígrados, toda la materia que está cercana no solamente se carboniza, se calcina, se funde y se evapora […] ¿Con qué consecuencias?, pues la primera, si no hay luz del Sol, no hay fotosíntesis y entonces la vida vegetal que no se destruyó en el punto del estallido se va a ir destruyendo, esto qué va a provocar pues que los animales empiecen a morir por falta de alimento”.

Después de que se puso en marcha las manecillas de este reloj se han modificado más de 20 veces y alcanzó su momento más crítico en 1953 cuando estuvo a dos minutos de la medianoche, debido a que Estados Unidos y Rusia probaron las primeras bombas termonucleares; en 1972 se retrasó doce minutos, tras la firma del Acuerdo de Limitación de Armas Nucleares Estratégicas. Desde hace una década se incluyeron amenazas como el cambio climático, las armas biológicas y las amenazas cibernéticas, este año el reloj se adelantó treinta segundos. Ahora se ubica a dos minutos y medio de la medianoche. Rachel Bronson, directora ejecutiva del Boletín de Científicos Atómicos, comentó que este adelanto se debía “a los comentarios perturbadores sobre el uso y la proliferación de armas nucleares hechos por Donald Trump”, al cambio climático, a las dudas sobre el acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán.

Este comité toma en consideración muchos aspectos. Aspectos positivos para retrasar el reloj son, por ejemplo, la firma de nuevos tratados, el cumplimiento de los tratados ya establecidos, la adición de nuevos países a tratados que tienen tiempo de haber sido establecidos. Y, por el otro lado, qué es lo que va a hacer que se acelere:  condiciones políticas adversas, gobiernos sin capacidad para negociar, desarrollo de nuevos armamentos más avanzados tecnológicamente.Hay dos cosas que resultan importantes, primero, no son políticos, por lo tanto, no manejan el reloj con criterios políticos, ni para beneficio ni para perjuicio de países, de grupos de gobiernos; segundo, porque son científicos, y para ser científicos estudian la naturaleza y saben de los efectos que este tipo de cosas pueden producir.”

Tras el paso de la Semana Internacional de la Ciencia por la Paz, que se conmemoró del 6 al 12 de noviembre, conviene reflexionar sobre este reloj que marca el paso de la humanidad por el planeta Tierra.

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