La Ciudad de México ofrece vacaciones divertidas y gratuitas

La falta de dinero no es un pretexto para disfrutar de las vacaciones de verano en la Ciudad de México; los capitalinos gozan de actividades gratuitas, museos y parques como La Mexicana y los bosques de Chapultepec, Aragón y Tlalpan para divertirse en este periodo de asueto escolar.

De acuerdo con la señora María Vázquez, en esta temporada salir es más fácil porque el tránsito ha disminuido, ella asegura no sentirse mal por no haber salido de vacaciones, por el contrario, se siente feliz de poder andar en bicicleta en compañía de su familia sobre Paseo de la Reforma.

En uno de los jardines de la segunda sección de Chapultepec la familia Cruz disfruta de la naturaleza, para ellos no es importante el dinero: “No podemos ir a Acapulco o a otro lado, pero aquí también se disfruta, tenemos sándwichs de atún para todos y papas, compramos un helado y alcanza hasta para las ardillas”, afirma el señor Artemio Cruz.

Cerca del Museo Nacional de Antropología, la familia Mañón observa el espectáculo de los voladores de Papantla, la señora Angélica dice que salir de la ciudad es un lujo que por ahora no se pueden dar por los gastos que tendrán que enfrentar por el inicio de clases y la compra de uniformes de sus tres hijos, por ello, prefiere disfrutar de la capital.

Las mañanas son soleadas en verano, por lo que los ciudadanos buscan la sombra de los árboles para descansar, comer y reír en compañía de sus familiares.

En la Puerta de los Leones, sobre Paseo de la Reforma se realiza la Bici Escuela de Verano, en la que los menores desde los tres años aprenden a utilizar este medio de transporte. Ahí la señora Melisa Reyes afirma que su hijo Iker disfruta las lecciones, y también puede andar en una bicicleta que le prestan los instructores de manera gratuita.

En los puestos del bosque venden refrescos en 15 pesos y tortas desde 10 pesos, además de tacos de canasta, helados y chicharrones; los niños se pueden pintar la cara por 40 pesos o pueden disfrutar de los mimos y payasos por una aportación voluntaria.

De esta manera, los capitalinos disfrutan de un día soleado de verano sin una gran inversión monetaria, pero con el ánimo de pasarla bien.

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