Christian Jankowski: volver a la reproductibilidad

Christian Jankowski
El artista alemán regresa a México con una exposición en la Galería José García en la que reflexiona sobre la reproductibilidad y el arte de masas, y busca una o varias definiciones de arte

Por Ana Leon

En 2012, Christian Jankowski trabajó en México con actores de la telenovela La que no podía amar en su pieza Llanto por la marcha de la humanidad, un episodio sin diálogos en donde el único lenguaje en pantalla era, precisamente, el llanto. Dos años más tarde, en la galería que en aquel entonces lo representaba, Proyectos Monclova, presentó su segunda exposición individual en este espacio, During the Day most People are Awake (Durante el día la mayoría de las personas están despiertas), un conjunto de obras que reflexionaban sobre la toma de decisiones de diferentes participantes; sobre la repetición; su ser nómada al ir de exhibición en exhibición y de una feria a otra; también reflexionaba sobre la relación del trabajo artesanal con el propio.

Luego de cuatro años de ausencia en los espacios expositivos de la ciudad, tres trabajos suyos se exhiben en la Galería José García, en la colonia Santa María la Ribera, bajo el nombre de History of Men and Stick. Un tema en común recorre estos proyectos: la influencia del arte en la vida del ciudadano de a pie, pero no ese arte casi de nicho, sino aquellas manifestaciones artísticas que han sido abrazadas por las masas y convertidas en parte de la cultura popular, como la obra de Vincent Van Gogh. Aquí, Jankowski vuelve a sus obsesiones y busca los lazos casi invisibles que unen al arte con los individuos.

Una serie de fotografías tomadas de Instagram de gente común emulando cuadros de Van Gogh, como tableaux vivants, son convertidos en pinturas por pintores profesionales chinos para ahondar en la repetición y la reproductibilidad e integrar la serie Chinese Whisper-Neue Malerei (Van Gogh I-X). En la serie La Historia de Hombre y de Bastón, bastones tallados por un experto en talla en madera eslovaco son producidos en serie con un sólo distintivo: el rostro en la empuñadura de cada uno es diferente. Cada una de estas piezas sostiene, en la exhibición, la copia de una foto de un personaje conocido en el mundo del arte, la historia y el espectáculo, que muestra el uso de este objeto.

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