Unasur, ¿desintegración en tiempos de integración?

Por Lourdes Pérez Navarro

La Paz (PL) Las veladas amenazas, leídas entre líneas, de corroer los cimientos de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ya sobrepasaron las palabras y pasaron a la acción: Colombia anunció que abandonará el organismo regional.
La Unasur, nacida en 2004 y constituida en 2011, está integrada por 12 estados suramericanos que abarcan de manera conjunta una población de más de 400 millones de habitantes, lo cual representa el 68 por ciento de la población de América Latina.
Se trata de un organismo de ámbito internacional que tiene como objetivos construir una identidad y ciudadanía suramericana, al igual que desarrollar un espacio regional integrado.   El pasado 17 de abril Bolivia asumió la presidencia pro témpore de la Unasur, heredando asuntos pendientes y escabrosos de su antecesor, Argentina, entre ellos, la carencia del secretario general, cargo vacante desde hace más de un año por falta de acuerdo entre las partes.
Tan solo tres días después de ponerse a la cabeza del organismo regional por el periodo de un año (hasta abril de 2019), seis países suspendieron su participación en las labores de esta entidad: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú -naciones integrantes del Grupo de Lima- hasta tanto se resolvieran problemas administrativos.
Y ahora Colombia decide retirarse. Así lo anunció el pasado 10 de agosto su nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo, quien agregó que, además, están «en un proceso de consultas con otros países (como Perú, Argentina y Chile) que aparentemente desearían tomar el mismo rumbo».
¿Acaso es este el primer paso «anunciado» hacia el desmembramiento de una organización con tan nobles propósitos?

PARA BIEN DE FUTURAS GENERACIONES

En entrevista exclusiva con Prensa Latina el presidente boliviano, Evo Morales, hizo «un llamado a colegas presidentes, a nuestros colaboradores, a equipos de trabajo, a todos, hermanas y hermanos, a hacer una profunda reflexión por el bien de las futuras generaciones».
Sudamérica y América Latina tienen mucho futuro, mucha esperanza, por tantas cosas que tiene esta madre tierra y no es posible que podamos volver al pasado. El pasado significa estar detrás del imperio norteamericano, aseveró.
Preguntado acerca de la situación generada tras el reciente anuncio de Colombia de abandonar la Unasur, Morales resaltó la necesidad de reflexionar, debatir e integrarse para bien de la región.
En este contexto, Morales comunicó que están en contacto con las cancillerías para convocar a ciertas reflexiones. «Entiendo la posición de algunos; serán presidentes o miembros de gobiernos, pero el pueblo sudamericano está con esta responsabilidad de integrarnos para bien de las nuevas generaciones», acotó.
«Hago una abierta convocatoria, debatamos pese a nuestras diferencias de carácter ideológico. Primero está la integración, primero está la liberación, primero están nuestras futuras generaciones, porque debemos estar convencidos que el capitalismo es el peor enemigo de la vida y por tanto de la humanidad y de la madre tierra», refirió.
A su juicio «el mejor aporte que podemos hacer como presidente de este tiempo es integrarnos con políticas sociales, no solamente respetar los derechos humanos, los derechos colectivos, también trabajar por la ciudadanía sudamericana y universal, preguntarnos por qué algunas potencias no ratifican los tratados sobre derechos humanos», añadió.
Tenemos -dijo- una enorme responsabilidad y por eso hago una convocatoria para hacer profundas reflexiones, para bien de nuestra región.
Morales consideró que en estos momentos hacen mucha falta Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), y los extintos Hugo Chávez (Venezuela) y Néstor Kirchner (Argentina), «quienes (en su momento) de conjunto y con mucho esfuerzo integramos Sudamérica después de casi 200 años de la fundación de las repúblicas».
«Esta es una integración por la liberación de nuestros pueblos, para asentar soberanía y dignidad y yo siento que hermanos de Sudamérica, presidentes, autoridades, van a reflexionar porque (no hacerlo) se ve como una gran traición, una traición a la liberación, una gran traición a la emancipación, una gran traición a la dignidad y soberanía de nuestros pueblos», sentenció.

MOMENTO DE UNIDAD, NO DE DIVISIONES

Al resaltar los desafíos de la región frente al embate imperialista, quien fuera el presidente de la Unasur de 2014 a 2017, Ernesto Samper, afirmó recientemente que este es el momento de estar unidos y no divididos.
Ante la noticia del abandono de Colombia, el también expresidente de esa nación (1994-1998) aseveró que «cometería un grave error si se retira de manera precipitada de la Unasur, porque quedaría aislada regionalmente y pondría en peligro derechos que resultan de la integración en el organismo».
Agregó que esta decisión coloca en situación de riesgo los «derechos alcanzados por más de 100 mil colombianos que actualmente trabajan en países suramericanos con el permiso de trabajo temporal de Unasur y Mercosur».
Espero que el Gobierno de Iván Duque medite con serenidad esta decisión y, si la toma, evalúe los costos que implicaría este «Brexit Suramericano», expresó.
En una reciente entrevista publicada por el periódico Cambio, Samper analizó la crisis que atraviesa la Unasur ante la decisión tomada en abril pasado por seis países, de suspender su participación en las reuniones de ese bloque.
A su juicio, tal situación está motivada por diferencias ideológicas entre los países que lamentablemente no se han podido solucionar utilizando los canales que ofrece Unasur a través de los consejos de cancilleres, lo cual ha impedido encontrar acuerdos alrededor de un nombre que ocupe la Secretaría General.
Manifestó su expectativa de que «se encuentre rápidamente el camino del acuerdo para elegir a una persona, no importa la nacionalidad que sea ni la ideología que profese, del gobierno o del país del cual provenga», resaltó.
Tengo la esperanza de que con las gestiones que está haciendo el presidente boliviano, Evo Morales, vamos a tener la capacidad de pasar este puente y seguir trabajando por la integración suramericana en la forma en que lo ha estado haciendo en los últimos 10 años la Unasur y también el Mercosur, ALBA o la Comunidad Andina, son todas estas experiencias que no se deben despreciar, acotó.
Espero -significó Samper- que esto sea un episodio que logre superarse, «porque nunca había sido tan importante la presencia de un organismo de integración en la región como hoy, cuando la región está seriamente amenazada por la política absolutamente proteccionista e imperialista del presidente de los Estados Unidos, que ha convertido su agenda internacional en decisiones agresivas contra los intereses de América Latina».
Ejemplificó con el muro de México, la expulsión de diez millones de migrantes de los Estados Unidos, las normas para impedir el acceso a este último país, la elevación de los aranceles para los productos suramericanos y la retirada de los compromisos del cambio climático, que eran fundamentales para sostener la estabilidad ambiental de la región.
«Éste es el momento de estar unidos y no divididos», afirmó el exdirigente de la Unasur.
Destacó que, en su opinión, la mayor parte de los países que han expresado su preocupación por la Unasur tienen fundamentos para ello.
«Está claro que hay tres países que están jugando el papel de enemigos de la integración, que preferirían ayudar a consolidar un esquema de integración a otro nivel, siguiendo más la agenda del norte que la agenda del sur», dijo, sin mencionar cuáles, «para no ahondar la ira».
Sobre el papel que desempeña Bolivia en el contexto internacional, Samper lo definió de importante, «porque se ha comportado como la joya de la corona en estos últimos años, en su comportamiento en materia económica, de redistribución de los ingresos, de construcción de ciudadanía, de respeto a las naciones originarias», refirió.
Resaltó que Bolivia ha dado muestras de que tiene la capacidad de convocar a los presidentes de los países en torno a los objetivos comunes.
No olvidemos que a partir del año 2019 Bolivia va a tener la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que es el mecanismo de integración en el cual estamos todos sin los Estados Unidos, apuntó.
«Ahí vemos que podemos seguir trabajando en la integración y la alternativa es clara: por un lado, progreso y justicia social con integración, y atraso y exclusión social, por el otro; esos son los dos caminos. Espero que de forma consciente los países de la región escojan el camino de la integración y no el camino de la desintegración», sentenció Samper.

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