Renuncia de Mattis, otra señal de caos en gobierno de Trump

Por Martha Andrés Román

Washington, 21 dic (PL) La renuncia del secretario estadounidense de Defensa, James Mattis, genera hoy fuertes reacciones en el país, cuando muchas personas ven su salida como otra fuerte muestra de caos en la administración de Donald Trump.

Aunque los rumores acerca de una posible dimisión del jefe del Pentágono emergían con cierta frecuencia desde hacía meses, incluso después de las elecciones de medio término del 6 de noviembre, el anuncio realizado ayer pareció tomar por sorpresa a gran parte del espectro político en Washington.   

Entre las expresiones generadas por la noticia, varios legisladores vieron el hecho como una señal de desorden y una confirmación de que el jefe de la Casa Blanca está adoptando posiciones erradas.

De acuerdo con reportes de diversos medios, la partida de Mattis es en buena medida una protesta contra la decisión de Trump de retirar a las tropas estadounidenses presentes en Siria, las cuales han permanecido en ese país sin la anuencia de Damasco ni la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.

A ello se sumó la carta de renuncia difundida por el Pentágono, en la cual el secretario dijo que dejará el cargo el 28 de febrero de 2019 y pareció cuestionar las posturas del jefe de Estado en materia de política exterior.

«Una creencia fundamental que siempre he sostenido es que nuestra fortaleza como nación está indisolublemente unida a la fortaleza de nuestro sistema único y completo de alianzas y asociaciones», escribió Mattis al presidente que promueve una agenda nacionalista de «Estados Unidos primero».

Debido a que tiene derecho a tener un Secretario de Defensa cuyas opiniones estén mejor alineadas con las suyas sobre estos y otros temas, creo que es correcto que renuncie a mi cargo, añadió en la misiva, con lo cual se convirtió en uno de los pocos miembros del gabinete en expresar los motivos de su salida.

Según describieron algunas organizaciones periodísticas, la dimisión del jefe del Pentágono provocó preocupación, tristeza y conmoción tanto en demócratas como en republicanos.

Esto es aterrador, tuiteó el senador Mark Warner, el demócrata de mayor rango en el Comité de Inteligencia del Senado, quien agregó que Mattis «ha sido una isla de estabilidad en medio del caos de la administración Trump».

Su colega republicano Ben Sasse consideró que era un día triste para Estados Unidos, y sostuvo que el general retirado de cuatro estrellas le estaba dando al presidente los consejos que necesita escuchar.

En  particular, se refirió a los pronunciamientos del secretario de Defensa acerca de que Rusia y China son adversarios claros de Estados Unidos.

Mattis mencionó a ambas naciones en su carta, cuando dijo: «creo que debemos ser resueltos y no ambiguos en nuestro enfoque hacia aquellos países cuyos intereses estratégicos están cada vez más en tensión con los nuestros».

Estoy triste. Me conmueve. Le tenía mucho respeto, declaró a CNN la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien sostuvo que el titular ha sido «consuelo para muchos de nosotros como una voz de estabilidad en la administración de Trump».

A su vez, el gobernador de Ohio, el republicano John Kasich, consideró que el caos, tanto en el extranjero como doméstico, está poniendo a Estados Unidos en peligro y debe detenerse de inmediato.

El representante del partido azul Eric Swalwell mostró preocupación al manifestar que ahora solo serán Trump y su asesor Stephen Miller, autor de las polémicas políticas migratorias del mandatario, quienes tomarán juntos las decisiones.

Al menos tuve un poco de paz al saber que había adultos en la sala, y ahora el jefe de personal, John Kelly (quien deja el cargo al final del año) y Mattis se han ido, añadió el congresista, al tildar de aterradora a la perspectiva de las determinaciones de Trump y Miller.

Un artículo de opinión publicado por la agencia Bloomberg señaló que los partidarios del presidente todavía pueden sentirse impasibles, incluso confiados, ya que Trump ha sobrevivido el cambio de dos jefes de personal, dos asesores de seguridad nacional, un secretario de Estado y un fiscal general en menos de dos años.

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