Restaurar los ecosistemas en el camino de preservar la vida

Por Silvia Martínez

Roma, 3 mar (PL) Como una oportunidad inigualable para crear empleo, mejorar la seguridad alimentaria y abordar el cambio climático fue catalogada por la FAO la declaración de la  Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas.

El organismo especializado de ONU para la Alimentación y la Agricultura, con sede en esta capital, ponderó la decisión de la 69 Asamblea General de la ONU de dedicar el período 2021-2030 a incrementar a gran escala la restauración de los ecosistemas degradados y destruidos, iniciativa impulsada por El Salvador.

A ese ente especializado y al Programa para el Medio Ambiente, la Asamblea General encargó la implementación del Decenio, a partir de los compromisos contraídos sobre el tema por  las diferentes instituciones regionales e internacionales.

El Decenio se enmarca, indicó la FAO en un comunicado de prensa, en la batalla contra el cambio climático y para mejorar la seguridad alimentaria, el suministro de agua y la biodiversidad.

La resolución del máximo órgano de ONU, aprobada por 193 naciones, en la introducción hace referencia al documento final de la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible «El futuro que queremos» (2012) en Brasil, en el cual trascendió la importancia de la restauración de los ecosistemas para lograr el desarrollo sostenible.

Señala, asimismo, el valor del enfoque ecosistémico para la gestión integrada de las tierras, el agua y los recursos vivos; la necesidad de intensificar esfuerzos frente a la desertificación, degradación de las tierras, erosión y la sequía, la pérdida de diversidad biológica y la escasez de agua; importantes desafíos ambientales, económicos y sociales.

La pérdida de la superficie forestal del mundo del 31,6 al 30,6 por ciento entre 1990 y 2015 y el llamado del Comité Forestal de la  FAO a promover enfoques más integrados de la restauración de tierras degradadas, apoyar mecanismos de financiación para la restauración de ecosistemas y favorecer mayor participación del sector privado en las iniciativas, son aspectos destacados de la resolución.

También alerta sobre la previsible reducción de los arrecifes de coral entre un 70 y un 90 por ciento más, si la temperatura aumenta 1,5 grados centígrados, aún más si aumenta dos; al tiempo que recuerda que entre 1970 y 2015 los humedales naturales estudiados, tanto continentales como marinos y costeros, disminuyeron aproximadamente un 35 por ciento.
La degradación de los ecosistemas terrestres y marinos  socava el bienestar de 3,2 millones de personas y tiene un costo anual cercano al 10 por ciento del Producto Interno Bruto mundial en pérdida de especies y servicios ecosistémicos.

El llamamiento global con la década mundial, centrado igualmente en la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible, está dirigida a sumar a político, científicos y organismos financiero que permita desarrollar a gran escala la restauración desde iniciativas locales exitosas hasta abarcar grandes dimensiones.

Está convocada también a impulsar el Desafío de Bonn, como esfuerzo global acordado por líderes del mundo en 2011, encaminado a restaurar 350 millones de hectáreas de las tierras deforestadas y degradadas del mundo para 2030.

En igual sentido está, entre otros, la Iniciativa 20×20 de América Latina y el Caribe, que busca  reparar 20 millones de hectáreas de tierras degradadas para 2020; en tanto la Restauración de Paisajes Forestales de África (AFR100) igual suma esfuerzos para recuperar  100 millones de hectáreas de tierra en esa región para 2030.

Para la ministra de Ambiente de El Salvador, Lina Pohl, «los impactos de la degradación, dijo, afectan significativamente la biodiversidad, la productividad de la tierra, y la economía de nuestras naciones, especialmente en áreas vulnerables en África, Asia y Latinoamérica».
La restauración de ecosistemas desde un enfoque holístico favorecerá la seguridad alimentaria e hídrica, destacó la titular y señaló que la Década permitirá la «construcción de conciencia pública sobre la importancia de contar con ecosistemas funcionales para el bienestar humano, la sostenibilidad económica y el desarrollo sostenible».

Para José Graziano da Silva, director general de la FAO,  Década ayudará a los países en la carrera contra los efectos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Los ecosistemas se están viendo degradados a un ritmo sin precedentes, apuntó y añadió que los sistemas alimentarios y medios de vida de millones de personas dependen de cuánto «todos trabajemos juntos para restaurar unos ecosistemas sanos y sostenibles para el presente y en el futuro».

Joyce Msuya, directora ejecutiva en funciones del Programa de ONU para el Medio Ambiente, por su parte destacó el honor que para ese ente  y la FAO  representa liderar la Década junto a otros socios.
Reseñó el efecto devastador de la degradación de los eco

istemas en las personas y en el medio ambiente, al tiempo que mostró su entusiasmo por el impulso que cobra restaurar el entorno natural, porque «la naturaleza es nuestra mejor opción para abordar el cambio climático y garantizar el futuro».

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