Responde Francia a Trump: implantaremos las decisiones nacionales

París, 26 jul (PL) El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, aseguró hoy que su país seguirá adelante con la decisión de fijar una tasa impositiva a los gigantes de Internet, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, la calificara de estupidez de Emmanuel Macron.

Como era de esperar, la adopción hace dos semanas en el Parlamento francés de la llamada Ley GAFA (acrónimo de Google, Amazon, Facebook y Apple) generó hostilidad entre ambas potencias.

París estima que es un paso necesario a escala global para cerrar la brecha fiscal y Washington lo considera discriminatorio, ante el dominio en el sector de las empresas con sede en suelo norteño.

Casa Blanca ya había amenazado con represalias, pero Trump fue más allá en Twitter al escribir: «Francia acaba de colocar un impuesto digital a nuestras grandes compañías estadounidenses de tecnología. Si alguien les cobra impuestos, debería ser su país de origen, Estados Unidos».

El tuit se completa con una frase que muy rápido dominó titulares en la prensa y los noticieros del país europeo: «Anunciaremos una acción recíproca sustancial contra la estupidez de Macron en breve. ÂíSiempre he dicho que el vino estadounidense es mejor que el vino francés!»,

«La imposición universal de las actividades digitales es un desafío que nos preocupa a todos. Esperamos alcanzar un acuerdo sobre este tema en el marco del G-7 y la OCDE. Mientras tanto, Francia implementará sus decisiones nacionales», ripostó Le Maire.

Macron no ha reaccionado por el momento, y se encuentra de vacaciones en el fuerte de Bregancon.

La ley adoptada por los parlamentarios franceses consiste en cobrar una tasa de un tres por ciento sobre los ingresos de los gigantes de la red de redes, particularmente los procedentes de la publicidad dirigida en línea y las ventas con fines publicitarios.

Según cálculos locales, la iniciativa debería impactar a una treintena de empresas, con un aporte al fisco estimado en 400 millones de euros este año y 650 millones en 2020.

Francia se convirtió en el primer país europeo en fijar un impuesto a estas entidades, después de que un proyecto con ese fin naufragara en el viejo continente, en buena medida por el rechazo de naciones como Dinamarca, Finlandia, Irlanda y Suecia.

La tasa tiene como blanco a los gigantes tecnológicos con ganancias superiores a los 750 millones de euros a nivel mundial, de los cuales 25 millones pueden vincularse a usuarios localizados en Francia.

París aprovechó como presidente del G-7 el marcó preparatorio para la Cumbre del bloque, prevista en Biarritz del 24 al 26 de agosto, e introdujo el tema del impuesto en una reunión de ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales, celebrada aquí el 17 y 18 de julio.

En las conclusiones realizadas por la parte francesa, siempre reconociendo que era su visión de lo discutido, mencionó un consenso en torno a la utilidad de la medida.

Interrogado al respecto, el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, fue bastante conservador, alegando que «aún resta trabajo por hacer».

Francia y Estados Unidos muestran posturas encontradas en cuestiones como el cambio climático y el acuerdo nuclear con Irán, pero expertos advierten que tales diferencias no suelen llevar a grandes encontronazos, aunque tal vez los tuits de Trump molesten a París más allá de lo imaginable.