Piden en EE.UU. cese de hostilidad de Trump contra Cuba y Venezuela

Washington, 8 sep (Prensa Latina) Una veintena de automóviles formó una nueva caravana en el estado norteamericano de Florida en contra de las agresivas políticas que mantiene hoy el Gobierno del presidente Donald Trump hacia Cuba y Venezuela.

El recorrido en medio de un sofocante calor, se extendió por 35 kilómetros en avenidas importantes de la ciudad de Hialeah durante una hora, señaló en una nota la Alianza Martiana, que agrupa a entidades de la emigración cubana en Miami y organizó el evento.

Como mismo hicieron el último 21 de julio y en ocasiones anteriores, los vehículos desplegaron banderas de la isla caribeña, tocaron de forma incesante las bocinas y llevaron las luces encendidas para llamar la atención sobre sus reclamos.

Además del fin del bloqueo norteamericano contra los dos países mencionados, se exigió el otorgamiento de visas de inmigrantes a cubanos en la Embajada de Estados Unidos en La Habana, un servicio interrumpido hace casi dos años.

De carácter económico, comercial y financiero, el cerco contra Cuba tiene más de cinco décadas y media, pese a la oposición de casi el mundo entero y de la mayoría de los estadounidenses y cubanoamericanos.

Igualmente, se demandó que los norteamericanos puedan viajar a la mayor de las Antillas sin restricciones.

A los estadounidenses les está vetado ir a la cercana nación como turistas, y solo pueden hacerlo bajo 12 categorías, incluidas las visitas familiares, apoyo al pueblo, y actividades periodísticas, religiosas o educativas.

Como parte de la reversión del proceso para normalizar los nexos bilaterales, en noviembre de 2017 la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro modificó la licencia general de las actividades educativas pueblo a pueblo y eliminó la autorización de viajes individuales.

Washington decidió recrudecer aún más esas limitaciones, pues también prohibió desde el 5 de junio último los viajes educativos grupales pueblo a pueblo, los más empleados por los estadounidenses para trasladarse a Cuba.

Unido a eso, las medidas que entraron en vigor ese día pusieron fin a los recorridos hacia la isla en cruceros.

Según los organizadores, la caravana recibió el apoyo de innumerables personas en sus propios medios de transporte y transeúntes que encontró en el trayecto.