Tradición e inventiva entre adornos y disfraces por Halloween en Estados Unidos

Washington, 31 oct (Prensa Latina) La creatividad se apodera hoy de casas, establecimientos y calles de Estados Unidos en una nueva jornada de la celebración conocida como Halloween, cuando niños y adultos desatan su imaginación con disfraces y decoraciones.

Desde hace varias semanas, muchos espacios públicos del país cambiaron su ambiente habitual para reflejar el espíritu de este día, en el cual proliferan los adornos con calabazas, brujas, esqueletos, murciélagos, fantasmas o telas de araña.

Asimismo, chocolates y caramelos lucen en sus envoltorios habituales esos mismos motivos alegóricos a la también conocida como Noche de Brujas, pues precisamente las confituras y dulces son protagonistas de esta fecha en la que lo macabro se recrea en clave de entretenimiento.

En realidad, las actividades en torno a Halloween comenzaron desde días pasados, cuando en muchos lugares se realizaron fiestas de disfraces en las que pudieron observarse atuendos más sobrios o más osados, con guiños al cine, la música, la historia, el deporte y la política, entre muchos otros temas.

Pero será esta noche cuando grandes y chicos estén más envueltos en la celebración, sobre todos los pequeños, quienes tendrán doble diversión al convertirse en sus personajes favoritos e ir de puerta en puerta pidiendo caramelos, bajo amenaza de hacer alguna travesura si no reciben la esperada recompensa.

Varias fuentes sostienen que los orígenes de esta tradición seguida cada 31 de octubre se remontan al antiguo festival de Samhain que los celtas conmemoraban hace dos mil años en el área que ahora ocupan Irlanda, el Reino Unido y el norte de Francia.

Esa cultura consideraba el 1 de noviembre como el primer día del año, pues marcaba el final del verano y la cosecha, y el comienzo del invierno oscuro y frío, un periodo asociado con la muerte.

De acuerdo con la Enciclopedia Británica, durante el festival de Samhain se creía que las almas de los que habían muerto volvían a visitar sus hogares, y que quienes habían fallecido durante el año viajaban al otro mundo.

Por eso, la gente prendía hogueras en las colinas para ahuyentar a los espíritus malignos, y algunas veces usaban máscaras y otros disfraces para evitar ser reconocidos por los fantasmas que creían presentes.

En el siglo VII, recordó la publicación, el papa Bonifacio IV estableció el Día de Todos los Santos en mayo, pero en la centuria siguiente, quizás en un esfuerzo por suplantar las fiestas paganas con una observancia cristiana, se movió al 1 de noviembre.

Fue así como la Víspera del Día de todos los Santos (All Hallows’ Eve) se transformó en una noche sagrada o santificada, pero hacia el final de la Edad Media, los motivos seculares y sagrados se fusionaron y con el paso del tiempo el nombre dio lugar a la contracción Halloween.

La llegada de inmigrantes a Estados Unidos, sobre todo irlandeses, llevó a que en el pasado siglo se convirtiera en una de las festividades más importantes de la nación.

Actualmente Halloween se celebra en varios lugares del mundo, fundamentalmente angloparlantes, aunque cada vez tiene más espacio en otros países debido, en gran medida, a la influencia hegemónica de la cultura popular norteamericana.

Gracias a esta tradición, quien camine hoy por las calles de cualquier ciudad estadounidense debe permanecer alerta ante la posible aparición de sanguinarios vampiros, brujas, villanos de cómics, princesas o superhéroes.