El sendero del liberal sexual y su agrietada batalla

Brenda Trujillo

«No veas putas donde hay mujeres libres»

Nos hallamos en una sociedad que no está preparada para cierta clase de «cosas», nos encontramos inmersos en un sistema que se debate entre moralina y libertinaje, entre principios morales y liberalismo.

No es sorprendente que el humano no haya avanzado en ese aspecto, aún no se logra la genialidad de un régimen más moderno, en el cual se utilicen plenamente las inteligencias que propone Howard Gardner, en el que no se dejen de hablar las personas porque piensan y actúan diferente, donde haya una población que comprenda a la sexualidad de forma erótica y no sea vulgarizada.

De acuerdo al autor español Fernando Savater, en una conferencia que denominó como «Ética  y ciudadanía», habló  acerca de la moralina y moral. La primera es aquella que no es ejercida correctamente, ya que los moralinos dicen «que se han perdido los valores en la actualidad«, se refieren a los prejuicios que se han ido perdiendo al paso del tiempo. Consideran que sus conductas son acertadas y alardean de ello, es decir son fariseos, si alguien actúa de forma contraria entonces está mal.

En este caso, se aborda el ámbito sexual en el que la moralina sale a relucir mucho, pues juzgan duramente a los que practican la libertad sexual, fetiches o poseen gustos universales (comunidad lgtb).

Por otro lado, la moral según Savater,  debe permitir ponerse en el lugar del otro, se persiguen un conjunto de ideas y tradiciones pero fielmente. Se mantienen en su postura y la defienden fuertemente, pero escuchan con atención y respeto la posición de su contrincante.

Ahora en el libertinaje y libertad sexual hay una delgada línea, ya que en la primera práctica el hombre o mujer transgrede los límites de su propia integridad, puede afectar a terceras personas y actúa tan desenfrenadamente que raya en la promiscuidad o en el peor de los casos en morbosidad. En ocasiones, el liberal sexual fue un libertino, después comprendió la responsabilidad que conlleva su emancipación y con base a eso empieza a promover la eliminación de estereotipos y prejuicios que engloban a la sociedad respecto a dicho tema, de los cuales él o ella misma pueden ser víctimas.

Malinterpretación de conductas

Desafortunadamente, aún en la actualidad, sigue prevaleciendo el machismo en ciertos ámbitos, donde ellos sí pueden estar con diversas mujeres, pero sí sucede lo contrario, entonces es una “puta”, “cualquiera”, entre otras denominaciones. Eso no significa que todos los hombres sean iguales, hay unos liberales responsables y no necesariamente promiscuos.

El riesgo de un/a liberal es que puede ser malinterpretado, a los ojos de sus oponentes como los moralinos no hay distinción entre un libertino y liberal. Es menester admitir que la carne es débil, más para los que son de esta ideología, pero eso no indica que ellos o ellas quieran estar sexualmente con todos y todas o que los demás tengan derecho a creer que puede ser muy fácil poseerlos corporalmente.

La cuestión es que los liberales son flexibles y entienden a los libertinos, aun así, saben que no es la forma correcta de mostrar su desinhibición; de este modo, bajo ciertas circunstancias los liberales pueden ser muy accesibles o pierden la visión cuando están dominados por sustancias nocivas como el alcohol o peor aún, las drogas.

No obstante, los liberales tienen la fuerte convicción de no dañar a personas ajenas y ellos elijen con quien sí y con quien no, pueden cometer errores, pero están en constante lucha entre comprender y combatir a todos aquellos que los juzgan y los que no los critican, empero visualizan erróneamente su postura, abusando de su confianza y sensibilidad.

La falta de entendimiento hacia los liberales no mide terrenos, así como en la política, ya que no importa la sangre, amistad o algún lazo teóricamente estrecho. A veces logran encontrarse en pares o tríos entre los desconocidos y congenian muy bien por la similitud de ideología. Es necesario decir que estos personajes se encuentran en continuo perfeccionamiento, pues ellos mismos se debaten entre lo que piensan, desean, el contexto en el que viven y lo que sienten.

Ellos desean un mundo en el que hubiera una óptica global más grande acerca de estas situaciones, no desean que todos piensen o actúen acorde a sus convicciones. La diversidad sexual y de ideologías es muy importante y fomenta el equilibrio en el planeta, pero sí que se erradicaran a los hipócritas, a los que profesan la doble moral, aquellos individuos que aparentan ser “correctos moralmente”; sin embargo, en la práctica arrasan con todo el que se le pare enfrente, ya sea para discriminarlo, juzgarlo o bien, para tener sexo sin detenimiento.

Los libertinos ni siquiera se ponen a reflexionar en sus acciones, en lo que se debería hacer o no, tal es el caso de los acosadores o violadores. Es un tema muy complejo y amplio, del cual se seguirá abordando en posteriores publicaciones, donde se hablará de la “utopía liberal”. No todo es blanco o negro, si se cree eso estamos perdidos, ya que un acto no determina la personalidad o pensamiento de un ser humano.

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