El malestar en Latinoamérica se debe a la desigualdad: Cepal

Davos, 24 ene (Prensa Latina) La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, confirmó hoy aquí que la desigualdad es la causa estructural del malestar social en el continente americano.


En una intervención en el Foro Económico Mundial, que se celebra en esta ciudad desde el pasado martes y hasta esta jornada, la funcionaria estimó que ante el panorama imperante se necesita pasar de la cultura de los privilegios a la cultura de equidad y la inclusión social.


«Las protestas en la región tienen un hilo común que es la desigualdad y pueden convertirse en una oportunidad para el cambio social.

A partir de las movilizaciones hemos visto cómo algunos gobiernos han accedido a avanzar en mejoras estructurales a bienes públicos esenciales, como salud, educación, pensiones y transporte», remarcó.


Bárcena añadió que hay un desencanto social que se manifiesta principalmente en los más jóvenes de la región debido a la generación de expectativas incumplidas en el área.


La máxima representante de la Cepal, durante su comparecencia en una sesión titulada América Latina: Respondiendo a las nuevas expectativas, enfatizó que la gran fábrica de la desigualdad en la región es la enorme heterogeneidad estructural.


Exhortó entonces a avanzar en la construcción de estados de bienestar, basados en derechos y en la igualdad, que otorguen acceso a protección social y a bienes públicos de calidad, como salud y educación, vivienda y transporte.


«El 76,8 por ciento de la población de la región pertenece a los estratos de ingresos bajo y medio-bajo, que vive con un ingreso inferior a tres líneas de pobreza», alertó.


Asimismo, apuntó que en 2017 más de la mitad de la población adulta de los estratos medios no había completado 12 años de escolaridad, mientras que el 36,6 por ciento tenía ocupaciones con un alto riesgo de informalidad y precariedad.


Al mismo tiempo, precisó, que el 44,7 por ciento de las personas económicamente activas de los estratos medios no están afiliados o no cotizan en un sistema de pensiones.


«Es urgente avanzar hacia una cultura de la igualdad en la región a través de políticas universales de inclusión social y laboral que contribuyan a aumentar las capacidades humanas, la productividad y el crecimiento económico, a la vez que se instala una cultura de derechos y de ciudadanía social», expresó.