Festeja México la Candelaria y el compadrazgo

Luis Manuel Arce Isaac

México, 2 feb (Prensa Latina) En tiempos de recordación y cambios hacia un México reflexivo, cientos de feligreses van a las iglesias con un niño Dios para recibir la bendición del Día de la Candelaria, como sucede hace centurias cada 2 de febrero.


En los barrios y casas, las romerías juntan a decenas de padrinos y madrinas que llevan diminutos atuendos, no por pequeños baratos, para vestir al Niño Jesús y llevarlo al templo más cercano, tal y como hicieron María y José para presentar a su primogénito en tiempos de Herodes.


En una extrapolación del ritual evangélico, cuasi convertido en jolgorio pagano, los mexicanos aprovechan para mezclar con el tamal bíblico y otros manjares en celebración de la presentación del Niño, tequilas y mezcales aunque sean bebidas excomulgadas en los altares.


La presentación de Jesús es el día de Las Candelas porque a las exposiciones del primogénito se iba con velas de parafina pura encendidas por tratarse de la purificación de las madres 40 días después del nacimiento de un varón.


Tiempo cumplido por María un 2 de febrero de aquella bimilenaria época en que los ancianos Simón y Ana tuvieron la sagrada visión de ver a quién presentaba aquel humilde matrimonio. En el México moderno y feligrés el calendario litúrgico se imprime como almanaque comercial y el exterior de los templos parece almacén de mercancías.


Si en aquel tiempo para desgracia de Caifás y los sacerdotes reaccionarios del Sinedrín, Herodes no pudo encontrar al Niño para asesinarlo, y su presentación en el templo fue su primer encuentro con el pueblo, ahora, dos mil veinte años después, el compadrazgo que generó en Jerusalén aquel acto retórico, es motivo de grandes fiestas populares en México.


Los compadres y comadres se vanaglorian de sus vínculos a través del bautizo, y vestir al niño es ya motivo suficiente para empinar el codo y llenar cada espacio del estómago con los más variados y ricos tamales que dominan la escena culinaria barrial y las plazas todo el tiempo de la liturgia.


En el panteón católico preponderan en estos días indumentarias como San Judas Tadeo, el Niño de la Salud, el Niño de las Maravillas, Niño Papa, Niño Doctor o Niño San Charbe, detrás de las cuales empresarios y artesanos buscan sus monedas, aunque no al estilo de Judas Iscariote.

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