Pone Reino Unido fecha tope para alcanzar acuerdo post-Brexit con UE

Londres, 27 feb (Prensa Latina) El gobierno británico anunció hoy que abandonará las conversaciones con la Unión Europea (UE) en junio próximo, si no ve avances en las negociaciones sobre el futuro acuerdo de libre comercio bilateral.


De ser ese el caso, el gobierno deberá decidir si el Reino Unido abandona las negociaciones y se enfoca exclusivamente en continuar las preparaciones domésticas para salir del periodo de transición de forma ordenada, advierte el mandato para las pláticas post-Brexit publicado este jueves por el Ejecutivo.


El documento de 30 páginas rubricado por el primer ministro conservador Boris Johnson delinea la estrategia negociadora y las líneas rojas que observará Londres cuando se siente a la mesa con Bruselas a partir de la semana próxima.


Recalca además que el gobierno británico no extenderá el periodo de transición más allá del 31 de diciembre de este año, fecha límite establecida en el acuerdo del Brexit que entró en vigor el 31 de enero pasado, por considerar que 10 meses son suficientes para alcanzar un pacto de libre comercio similar al que tiene la UE con Canadá.


Aunque asegura que las áreas incluidas en la declaración política firmada en octubre pasado son relevantes para la cooperación futura entre ambas partes, el texto aclara que no es necesario que todas sean incluidas en el acuerdo.


En ese sentido, menciona, por ejemplo, que la política exterior y la inmigración atañen solamente al Reino Unido, y serían temas de un diálogo más amplio con la UE, al igual que la pesca, la cual, apunta, deberá ser objeto de una negociación aparte.


Suceda lo que suceda, el gobierno no negociará ningún acuerdo en el que el Reino Unido no tenga el control de sus propias leyes y de su vida política, alerta el mandato, el cual reitera que Londres no se alineará con las leyes ni instituciones europeas, incluida la Corte de Justicia.


Según el documento, el gobierno buscará una relación con la UE basada en la cooperación amistosa entre dos países soberanos iguales, y donde cada uno respete el derecho de su contraparte a tener autonomía legal y a administrar sus propios recursos como considere adecuado.


En opinión de analistas, la negativa del gobierno británico a aceptar las regulaciones europeas en temas como los impuestos y los subsidios, así como el acceso a las zonas de pesca, hace prever que las pláticas serán difíciles.


De fracasar las conversaciones y no sellarse un acuerdo antes de fin de año, las relaciones comerciales entre Londres y Bruselas tendrían que regirse por las reglas de la Organización Mundial del Comercio.