Londres, 9 sep (Prensa Latina) El gobierno británico introdujo hoy en el Parlamento un proyecto de ley que modifica el acuerdo del Brexit entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE), y amenaza con echar por la borda las pláticas comerciales actuales.
Según el Ejecutivo encabezado por el primer ministro conservador Boris Johnson, la propuesta busca proteger el empleo y el comercio en todo el país una vez concluya el periodo de transición de 11 meses que acordaron ambas partes, luego de la salida del Reino Unido de la UE el 31 de diciembre próximo.
Los ministros admitieron, sin embargo, que algunas de las modificaciones, sobre todo las relacionadas con los controles aduaneros que sería necesario imponer en Irlanda del Norte en caso de que Londres y Bruselas no firmen un acuerdo de libre comercio antes de fin de año, violan el derecho internacional, «aunque de forma específica y limitada».
Sus detractores alertaron, por su parte, que el pretendido cambio de última hora al tratado de retirada firmado meses atrás, podría poner en entredicho la reputación del Reino Unido a la hora de respetar las leyes internacionales.
El líder del Partido Nacionalista Escocés en la Cámara de los Comunes, Ian Blackford, incluso acusó a Johnson de pretender convertir a país en un «estado delincuente».
¿Por qué el primer ministro piensa que él y sus amigos están por encima de la ley?, le preguntó el parlamentario este miércoles en el Parlamento.
El proyecto de ley podría también dar el puntillazo final a las negociaciones que mantienen el Reino Unido y la UE para tratar de sellar un tratado de libre comercio post-Brexit, pero que se encuentran estancadas luego de siete rondas de pláticas.
La octava fase inició la víspera en esta capital, pero con el ultimátum dado el lunes por Johnson de que, si no se logra un acuerdo para el 15 de octubre, entonces el Reino Unido dará por concluida las conversaciones.
Si no podemos ponernos de acuerdo para entonces, entonces no veo que pueda lograrse un acuerdo de libre comercio entre nosotros, y ambas partes debemos aceptarlo y seguir adelante, advirtió el jefe del gobierno británico.
Las cuotas pesqueras, la ayuda estatal al sector privada, los mecanismos legales para dirimir eventuales conflictos y las leyes que evitarían la competencia desleal se erigen como los escollos principales en las pláticas bilaterales.
De no firmarse un acuerdo antes del 31 de diciembre próximo, ambas partes tendrán que comerciar bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio, lo que implicaría la imposición de tarifas y aranceles, además de controles aduaneros rigurosos para las mercancías que entren al territorio europeo procedentes del Reino Unido.