Mentira o verdad que perdió Trump la arrogancia

Washington, 9 nov (Prensa Latina) El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, supuestamente perdió la arrogancia después de su derrota en las elecciones del 3 de noviembre, aseguró hoy la corresponsal de la BBC en la Casa Blanca.


Tara McKelvey, la corresponsal de la BBC, describió en una crónica como el mandatario enfrentó la noticia de su caída al intentar reelegirse. «Joe Biden gana las elecciones: cómo fue estar con Donald Trump el día que perdió la carrera por la Casa Blanca», escribió.


«En los últimos cuatro años he visto al presidente de EE. UU. en sus días buenos y en sus días malos» pero, este 7 de noviembre, el día en que perdió las elecciones, fue muy distinto a todos esos otros, indicó.


Trump dejó la Casa Blanca un poco después de las 10 de la mañana del sábado. Antes, se la pasó tuiteando sobre las elecciones y, sobre todo, sobre el presunto fraude electoral que considera tuvo lugar en torno a los comicios generales del 3 de noviembre, agregó.


Salió por la puerta de la residencia presidencial y se subió a su vehículo oficial que lo llevó en dirección de su club de golf Trump National, en la ciudad de Sterling, Virginia, a unos 40 kilómetros de Washington.


En ese momento, subrayó McKelvey, proyectaba un aire de autoconfianza. Era un día precioso, perfecto para el golf, y por eso decidió que iba a pasarlo en su club.


La Casa Blanca estuvo en una especie de trauma en los días que pasaron desde la elección, señaló. La mayoría de los escritorios del ala oeste de la Casa Blanca estaban vacíos cuando pasé por el edificio en la mañana de este sábado.


A eso de las 11:30 y mientras el presidente estaba jugando al golf, la BBC y varias cadenas comenzaron a proyectar que Joe Biden había ganado las elecciones. Trump se enteró de la noticia de la victoria de Biden en su campo de golf en el estado de Virginia. Después los periodistas se preguntaban en voz alta cuándo el presidente dejaría el club y volvería a la Casa Blanca. Pasaron los minutos. Pasaron las horas.»Se está tomando su tiempo», le dijo un funcionario a otro, citado por BBC.


El presidente no tenía prisa en marcharse. En el club estaba rodeado de amigos. Fuera de esas puertas, sus seguidores me gritaban a mí y a los otros periodistas «Acaben con los medios».


Finalmente, el presidente decidió abandonar el club y regresar a la Casa Blanca. Allí, miles de sus críticos lo esperaban. «Has perdido. Nosotros hemos ganado», reflejó McKelvey.


La caravana presidencial avanzó por Virginia. Entre más cerca estábamos de la Casa Blanca, más grande era el tumulto: la gente estaba en las calles celebrando la derrota del mandatario.


Cuando llegamos, el presidente ingresó por una puerta lateral, una entrada que utilizó poco durante sus cuatro años de mandato. Sus hombros estaban hundidos y la cabeza, gacha, puntualizó McKelvey.


Entonces levantó la vista hacia los periodistas que estábamos allí y levantó su pulgar. Fue un gesto a medias. No levantó su mano ni apretó su puño, como suele hacer.


Sin embargo, no ha cesado ni un sólo instante en su afán de desconocer los resultados electorales y mucho menos reconocer a su adversario Joe Biden como triunfador.

Lo de hoy: