El legado de Donald Trump

Washington, 22 feb (Prensa Latina) Una cifra casi demasiado grande para comprenderla, 500 mil muertos, es uno de los legados del expresidente estadounidense Donald Trump, según valoran hoy medios de prensa.


Hace poco menos de un año, el Covid-19 sólo había matado a un puñado de personas en Estados Unidos. Ahora, el número oficial de muertos de la pandemia equivale al tamaño de una gran ciudad, más que la población de Kansas City y casi tantos como Atlanta o Sacramento, señala el diario The Washington Post.


Puede ser difícil comprender la enormidad: medio millón de personas, desaparecidas. ¿Y si nos los imaginamos viajando como un grupo? ¿O muertos en acción? ¿O enterrados todos juntos?, indica el rotativo sobre algo que el mandatario de turno consideró una «ligera gripe» que pronto desaparecería.


Sin embargo, su incompetencia para enfrentar el flagelo enluta ahora a miles de hogares y muchos consideran que faltó el esfuerzo serio de la Casa Blanca que minimizó los riesgos y se burló de las advertencias de los expertos de salud.


El diario The New York Times señala que una nación adormecida por la miseria y las pérdidas se enfrenta a una cifra que todavía tiene el poder de conmocionar: 500 mil, muestra de cómo se siente hoy el país.


Aproximadamente un año después de la primera muerte conocida por el coronavirus en Estados Unidos, el país se acerca un número insondable: la pérdida de medio millón de personas, precisa el Times.


Ningún otro país contó con tantas muertes en la pandemia. Han perecido más estadounidenses a causa de Covid-19 que en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam juntas, precisa.


Cuando la falta de acción del anterior gobierno se hace más evidente,  hay preocupación por las variantes emergentes del virus, y pueden pasar meses antes de que se contenga la pandemia, sostiene la publicación.


Cada muerte dejó un número incalculable de dolientes, un efecto dominó de pérdida que barrió pueblos y ciudades. Cada muerte dejó un espacio vacío en las comunidades de Estados Unidos: un taburete de bar donde solía sentarse un cliente habitual, un lado de la cama sin dormir, una cocina doméstica sin su cocinero, agrega.


Sin lugar a dudas, todos recuerdan que Trump se burló de lo que ahora es una realidad dolorosa que quedará para siempre en el imaginario de los estadounidenses.


El virus llegó a todos los rincones de la nación, devastando por igual ciudades densas y condados rurales. Hasta ahora, aproximadamente uno de cada 670 estadounidenses murió a causa de él.


Presuntamente Estados Unidos estaba bien preparado para luchar contra una pandemia y Trump promocionó que el país  ocupaba el primer lugar a nivel mundial en el Índice de Seguridad Sanitaria Global 2019.


Sin embargo, los estadounidenses terminaron el año 2020 como líder mundial en muertes reportadas por Covid-19.


Según Charles Kenny, miembro del Centro para el Desarrollo Global y autor del libro «The Plague Cycle: La guerra interminable entre la humanidad y las enfermedades infecciosas», sería  tentador echar toda la culpa a la incompetente respuesta de la administración Trump.


Pero, advirtió, para la próxima vez -y habrá una próxima vez-, Estados Unidos y el mundo deben asegurarse de estar preparados para una nueva infección que se parezca al Covid-19, así como para las que no se parezcan en nada.


Mientras tanto, el presidente Joe Biden, heredero del problema,  guardará un momento de silencio este lunes por la noche por sus compatriotas que murieron a causa del coronavirus, informó la Casa Blanca.


«Por la noche, el presidente pronunciará un discurso sobre las vidas perdidas por el Covid-19 en el Cross Hall. La Primera Dama, el Vicepresidente y el Segundo Caballero estarán presentes», dijo la mansion ejecutiva en un comunicado de prensa.


El día antes de su toma de posesión, Biden celebró una ceremonia de iluminación en el Lincoln Memorial para honrar a los fallecidos por el Covid-19. Biden se ha comprometido a vacunar al menos a 100 millones de personas en sus primeros 100 días de mandato.


Ahora la Casa Blanca trata de enmendar el desastroso legado de Trump y, mientras,  el doctor Anthony Fauci, el principal epidemiólogo de país,  opina que es «posible» que los estadounidenses todavía necesitarán llevar mascarillas en 2022 para protegerse contra el coronavirus, algo de lo que el expresidente se burlaba.

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