Encuentran cadáveres de niños en antigua escuela canadiense de aborígenes

Ottawa, 29 may (Prensa Latina) Las autoridades canadienses encontraron enterrados los restos de 215 niños en Kamloops, provincia de British Columbia, en el lugar donde funcionó la escuela residencial para indígenas más grande del país, confirmaron hoy fuentes oficiales.


La ministra de Relaciones con los Pueblos originarios, Carolyn Bennett, y el titular de Servicios Indígenas Marc Miller, dijeron en un comunicado conjunto que el descubrimiento es un recordatorio de los daños que siguen sufriendo las familias y los supervivientes.


«Estamos profundamente entristecidos por este hallazgo y nuestros pensamientos están con Tk’emlups te Secwepemc, así como con todas las comunidades indígenas de Canadá», señalaron.


Por su parte, Rosanne Casimir, jefa de la Primera Nación Tk’emlups te Secwépemc, dijo que los restos de los infantes, algunos de apenas tres años, fueron confirmados con la ayuda de un radar de penetración terrestre, y pronosticó que pudieran aparecer más cuerpos en otras áreas del centro.


Casimir precisó que ante ese descubrimiento otras Primeras Naciones -pueblos originarios- en el oeste de Canadá iniciaron también la búsqueda de niños que fueron enviados a la escuela y nunca regresaron a casa.


Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, señaló en un mensaje en Twitter que la noticia del hallazgo en Kamloops «me rompe el corazón; es un doloroso recordatorio de ese capítulo oscuro y vergonzoso de la historia de nuestro país».


El diario Vancouver Sun citó este sábado declaraciones de Manny Jules, exjefe de los Tk’emlups durante 16 años, quien exigió una disculpa de la Iglesia católica por su papel en el funcionamiento de los centros residenciales en todo el país.


Desde el siglo XIX hasta la década de 1970, se hizo obligatorio en Canadá que más de 150 mil niños de las Primeras Naciones asistieran a escuelas cristianas financiadas por el Estado como parte de un programa sin basamento científico para asimilarlos a la sociedad canadiense.


Fueron obligados a convertirse al cristianismo y no se les permitió hablar sus idiomas nativos, muchos fueron golpeados y maltratados verbalmente, y se estima que murieron hasta seis mil.


En 2008 el Gobierno se disculpó en el Parlamento y admitió que el abuso físico y sexual en las escuelas era desenfrenado, y muchos estudiantes recuerdan haber sido golpeados por hablar su lengua materna; también perdieron contacto con sus padres y costumbres.


Los líderes indígenas argumentan que ese legado de abuso y aislamiento es la causa fundamental de las tasas epidémicas de alcoholismo y adicción a las drogas en sus reservas.


Un informe de hace más de cinco años de una Comisión de la Verdad y la Reconciliación reportó que al menos tres mil 200 niños habían muerto en medio de abuso y negligencia, y reveló unas 51 muertes solo en la escuela de Kamloops entre 1915 y 1963.

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