En EE.UU. es un pecado ser comunista

Por Luis Beatón

La Habana, 25 jun (Prensa Latina)  El «miedo rojo» anticomunista del senador Joseph McCarthy es revivido hoy en Estados Unidos como herramienta de la política exterior de ese país, según análisis de medios de prensa.


Los ejemplos están a la orden del día. El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, aprobó recientemente una iniciativa de ley para que la enseñanza y discusión sobre «los peligros que entraña la ideología comunista» sea obligatoria en los colegios públicos del estado, según un comunicado oficial del funcionario.


Se trata del Proyecto de Ley Civid Education Curriculum, o proyecto de ley SB1450P, presentado en la capital estatal Tallahassee, el pasado 4 de marzo,  impulsado por sectores conservadores locales y de exiliados cubanos, venezolanos y nicaragüenses, entre otros.


El gobernador de Florida, Ron DeSantis, aprobó que la enseñanza y discusión sobre «los peligros que entraña la ideología comunista» sea obligatoria en los colegios públicos del estado, según el texto en la web oficial de DeSantis.


Recientemente, Teen Vogue, una publicación en línea estadounidense, señaló que  Washington es susceptible de sacrificar los principios con el pretexto de defender la democracia.


La publicación mostró elementos sobre como las falsas teorías de McCarthy destaparon la histeria en el país y arruinaron vidas y movimientos, y ahora es retomada por sectores conservadores.


Ese «miedo rojo», está ahí y como tenebroso fantasma de la guerra fría lanza aun su manto sombrío por el mundo, según análisis de medios de prensa.


Se le vio más recientemente en Ecuador y Perú  durante las últimas elecciones para atacar a las fuerzas de izquierda, a los movimientos populares, a los que se acusó falsamente de buscar escenarios «diabólicos» de dominación, según informes.

Durante un discurso pronunciado en 1950 ante el Club Republicano de Mujeres de Wheeling, Virginia Occidental, el senador Joseph McCarthy hizo una audaz acusación al afirmar que los comunistas ‘se habían infiltrado en el Departamento de Estado de Estados Unidos’.


Ese discurso impulsó a la fama al político republicano como figura central del movimiento anticomunista que llegó a conocerse como ‘el miedo rojo’, utilizando acusaciones que a menudo se basaban en pruebas poco sólidas o en mentiras.


Profundamente destructiva, esa teoría no sólo arruinó vidas y movimientos, sino que empujó al país a una era de chismes, paranoia y lucha entre la seguridad nacional y los derechos individuales, señaló recientemente Teen Vogue, al hacer una enumeración de las acciones que siguieron al macartismo.


Esa oscura etapa en Estados Unidos con la Unión Soviética en la mirilla, tuvo importantes efectos en los movimientos de derechos civiles y laborales, obligando a los individuos a ocultar su posición política personal por temor a ser encarcelados.

La sospecha de ser comunista perduró, incluso hoy en día, los conservadores que provocan el miedo contra las figuras políticas liberales utilizan etiquetas como ‘socialista’, algo muy de moda durante los últimos procesos electorales.

Para algunos historiadores,  el testimonio más notable de la prevalencia de la era McCarthy es el parecido del senador con el expresidente Donald Trump, para quien acusar a sus contrarios de «comunistas»  fue una carta de triunfo.


Senadores,  funcionarios políticos, periodistas y todo aquel que presentara una idea o un programa para beneficiar a las grandes mayorías, según Trump, es un comunista.


‘Me hubiera gustado decir que hemos superado eso en Estados Unidos. Los últimos cuatro años (de Trump) demuestran que no lo hemos hecho’, dijo a Teen Vogue, Larry Tye, el autor de Demagogo: La vida y la larga sombra del senador Joe McCarthy.


El fantasma  que surgió entre mentiras, el macartismo, se pasea y expande hoy sus redes por el mundo para evitar que los de a pie, los que nada tienen que perder, alcancen una dimensión como seres humanos, algo que le niegan las burguesías que quieren la prevalencia de gobiernos que actúen por dictados de los estadounidenses.

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