Cumple 140 años hipótesis sobre insecto transmisor de fiebre amarilla

La Habana, 14 ago (Prensa Latina) «El mosquito hipotéticamente considerado como agente de transmisión de la fiebre amarilla» fue el primer trabajo sobre el tema del investigador cubano Carlos Juan Finlay, publicado un día como hoy pero de 1881.


Junto a ese texto y posteriormente en 1894 el de «Fiebre amarilla experimental comparada con la natural en sus formas benignas», dados a conocer en aquel momento en la Academia de Ciencias de La Habana, marcaron el protagonismo de Finlay en la teoría de la transmisión de enfermedades por medio de insectos.


Las publicaciones científicas plantearon tres condiciones para el contagio como la existencia de un enfermo de fiebre amarilla, en cuyos capilares clave el mosquito, después de picarlo, llene sus lancetas de sangre y las impregne de partículas virulentas en el período adecuado de la enfermedad.


Asimismo, la prolongación de la vida del mosquito entre la picada hecha al paciente y la que deba producir la enfermedad, recordó la revista cubana de Información en Ciencias de la Salud.


En el segundo texto, dio a conocer los resultados positivos al producir fiebre amarilla experimental por las picadas de mosquitos, previa e intencionalmente contaminados, precisó la fuente.


Las publicaciones científicas de Finlay recogen otras investigaciones como «Patogenia de la fiebre amarilla» en 1882; «Estadística de las inoculaciones con mosquitos contaminados en enfermos de fiebre amarilla», esta última reproducida en idioma inglés por la prestigiosa revista Lancet de Reino Unido en 1890.


En noviembre de 1891, dirigió a la Academia de Ciencias de La Habana una comunicación titulada «Los mosquitos considerados como agentes de transmisión de la fiebre amarilla y de la malaria», en la cual afirmó que ambas enfermedades son trasmitidas por esos insectos.


Advirtió que el único modo de evitar su propagación era aislar a los enfermos para evitar ser picados.


En septiembre de 1894, presentó al Congreso Internacional de Higiene de Budapest, Hungría, su estudio titulado «Inmunidad para la fiebre amarilla: modos de propagación. Teoría del mosquito» en el que sugirió un plan profiláctico.


Evitar que los mosquitos piquen a los enfermos de fiebre amarilla, destruir los insectos infectados y considerar como «inseguro» un lugar donde pueda haber ejemplares portadores de la patología fueron sus propuestas.


La revista cubana de Información en Ciencias de la Salud señaló que los trabajos de Carlos Juan Finlay suman 90 distribuidos en libros, monografías, memorias de congresos, artículos de revistas y folletos que consolidan su capacidad observadora y lo magistral de sus métodos para romper la incertidumbre acerca del vector.

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