Benefician a los más ricos asignaciones financieras globales

Bruselas, 24 ago (Prensa Latina) Las asignaciones millonarias generadas por los organismos internacionales parecen hoy tener como destinos las arcas de los más ricos en lugar de beneficiar a los países emergentes.


Este criterio, sustentado por economistas, sale a la luz este martes a partir de diversos informes sobre el particular, sobre todo en lo referente al Fondo Monetario Internacional (FMI).


Se trata de asignaciones selectivas de recursos que pueden afectar en lugar de proteger a las economías de los impactos de Covid-19.


Al analizar los recursos entregados por el Fondo a sus países miembros, el discurso choca con la realidad, señalan analistas.


El FMI sostiene que se ayudará a los más vulnerables y al respecto se conoció que el FMI distribuyó entre las 190 naciones que lo integran alrededor de 650 mil millones de dólares. Tal flujo financiero es sumamente necesario sobre todo en estos momentos de pandemia, con un apreciable colapso de la economía mundial.


Sin embargo, a la hora de repartir los ganadores resultaron ser las grandes potencias, que de por sí cuentan con suficientes recursos para salir del problema sanitario.


El FMI celebró que este lunes entró en vigor la asignación general de derechos especiales de giro (DEG). Esas siglas se pueden traducir a un cambio equivalente  a 1,42 dólares, o los 650 mil millones de dólares mencionados.


La asignación beneficiará a todos los miembros para abordar la necesidad mundial a largo plazo de reservas, generar confianza y fomentar la resiliencia y la estabilidad de la economía global, es su argumento.


En particular, ayudará a los países más vulnerables que luchan por hacer frente al impacto de la crisis  sanitaria, por lo menos así aparece en los documentos de entrega.


La asignación general de DEG se hizo a los miembros del organismo que participan en el Departamento de Derechos Especiales de Giro (actualmente los 190 miembros) en proporción a sus cuotas existentes en el Fondo, y aquí está la clave.


En ese sentido, la posible buena noticia quedó empañada al verificar los gobiernos las realidades.


Níger, nación africana que ocupa el último lugar mundial en lo que a índice de desarrollo humano se refiere, obtuvo 179 millones de dólares, y en cambio Noruega, ubicada en el primer escalón del indicador, alcanzó cinco mil 110 millones.


Los integrantes del Grupo de los 7 (G-7, países más ricos) lograron 43,3 por ciento del reparto del FMI (de los 650 mil millones de dólares tomaron 282 mil millones, 22 veces el Producto Interno Bruto (PIB) de Níger.


En esa misma cuerda, la mayor parte fue para Estados Unidos, con alrededor de 113 mil millones de dólares, equivalentes a cerca de 18 por ciento del total y 40 por ciento de lo destinado al G-7.


Por tanto, un simple análisis de un tema con muchas aristas puede desentrañar con facilidad el sentido de esas ayudas del FMI y la ambivalencia de los argumentos a la hora de entregarlas.

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