Condenan a 494 años de cárcel a docente que abusó de 17 menores en kínder de la CMDX

La Fiscalía General de la República (FGR) informó este lunes 10 de enero que obtuvo sentencia condenatoria de 494 años de prisión contra Ramón “M”, docente del kínder “Marcelino Champagnat”, ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero (GAM), por los delitos de pederastia, violación equiparada, abuso sexual y pederastia en grado de tentativa (todos agravados).

De acuerdo con la dependencia, el hombre que se desempeñaba como asistente técnico pedagógico en el colegio preescolar público, ejecutó diversos actos sexuales contra por lo menos 17 menores de edad, “aprovechándose de la superioridad que le confería el cargo en mención”, detalló la FGR en un comunicado.

La denuncia formulada originó la investigación que llevó el Ministerio Público de la Federación (MPF), adscrito a la FEVIMTRA, dando como resultado el ejercicio de la acción penal el 17 de noviembre de 2018, cuando fue detenido el sujeto en el municipio de Ecatepec, Estado de México, por elementos de la entonces PGR y de la Policía Federal.

Llevando a cabo el proceso en sus diversas secuelas, se logró acreditar la plena responsabilidad del acusado en los delitos antes mencionados, cometidos mientras prestaba sus servicios en el colegio.

El Juez Federal de Juicio Oral adscrito al Centro de Justicia Federal en la Ciudad de México, con residencia en el Reclusorio Sur, dictó la sentencia antes referida, así como una multa por tres millones 22 mil 500 pesos, y el pago de la reparación del daño por 24 millones 650 mil pesos, misma que deberá cubrir de manera subsidiaria la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y la Secretaría de Educación Pública (SEP).

El Juez de enjuiciamiento dictó, además, medidas de reparación integral para las víctimas, consistentes en: apoyos para adquisición de vivienda, becas educativas y apoyo para incorporación al ámbito laboral para las víctimas indirectas; un evento de “Disculpa Pública” por parte de las autoridades educativas, quienes deberán también, destinar un día del ciclo escolar para la prevención de este tipo de conductas, así como desarrollar programas de prevención.

Reforma al Código Penal

La última semana de junio del 2021 el Congreso de la Ciudad de México dio un paso importante en dos temas que significaban una deuda en nuestra Ciudad: la pederastia y la corrupción. Aunque distantes por el bien jurídico que cada uno de ellos tutela, se encontraban unidas porque carecían de su incorporación en el Código Penal.

Su ausencia del Código propiciaba la impunidad en estos delitos, dejando a las víctimas en un estado de indefensión, minimizando o anulando la posibilidad de obtener justicia, lo que resulta muy grave en un país y una Ciudad que tiene como principios y convicciones salvaguardar el interés superior de la niñez y el combate a la corrupción.

La reforma incorporó como delito la pederastia, ello permitirá que la Fiscalía cuente con el instrumento legal necesario para que las víctimas de esta conducta puedan denunciar el hecho, sin que se siga buscando equipararlo al abuso sexual o a la violación, ya que en ellos el interés superior de la niñez queda supeditado.

Por otra parte, es importante mencionar que las víctimas menores de edad sobre las que se cometieron delitos sexuales iniciarán el computo de la prescripción cuando ellas cumplan 30 años, esto deja a salvo su derecho de denunciar en el momento en el que física, psicológica y emocionalmente decidan hacerlo, acotando la posibilidad de quedar impune el hecho en los casos en los que la víctima tome un lapso mayor para denunciar.

Por lo que hace a la pederastia, vale la pena resaltar que será imprescriptible, es decir, no habrá impunidad por el simple paso del tiempo. Ésta ha sido una de las conductas que más daño provoca a la sociedad, a tal grado que se considera un crimen de lesa humanidad tal y como lo es la tortura, de ahí surge la necesidad de su imprescriptibilidad. Con la reforma, las víctimas podrán realizar su denuncia en el momento que consideren oportuno, sin la presión de tener una cuenta regresiva para hacerlo en un lapso perentorio o bien depender de la voluntad de algún adulto para denunciar.