Alertan por vuelta de Trump a la Casa Blanca

Washington, 16 may (Prensa Latina) El regreso del expresidente Donald Trump a la Casa Blanca asusta a figuras políticas de su partido y otros que sin estar en algunas de las principales agrupaciones del país dan un rotundo no a servir con este.


Es el caso del asesor médico principal de la Casa Blanca, Anthony Fauci, quien ya estuvo bajo el mando de Trump, al decir este domingo que si gana nuevamente la presidencia en 2024 no volverá a su servicio.


Aunque  hay un convencimiento de que el exmandatario es una fuerza real en el país, y muchas figuras republicanas intentaron usar su sombra para avanzar un trumpismo sin Trump, en las últimas semanas se hizo evidente que más republicanos trabajan para socavar sus apoyos.


Según un informe del diario The Hill, en las primarias del partido rojo de las últimas semanas rumbo a las elecciones de medio término de noviembre, algunas figuras hicieron campaña activamente -o maniobraron silenciosamente- contra la selección de Trump de una manera que podría amenazar su influencia sobre el partido.

Llama la atención, y pudiera ser un ejemplo tangible, que el candidato republicano a gobernador de Nebraska, Charles Herbster, fue derrotado en las primarias por el gobernador Pete Ricketts (R), el primero de lo que podrían ser varios reveses potenciales en las próximas semanas para el expresidente.


Desde Nebraska e Idaho hasta Pensilvania y Georgia, los republicanos hacen campaña activamente -o maniobran discretamente- contra los candidatos de Trump de forma que puedan socavar su influencia en el partido, aseguró The Hill.


En varios casos, algunos de los propios exmiembros del gabinete y asesores , junto con otros aliados de larga data en el Partido Republicano, trabajan o hacen campaña para los candidatos que se presentan contra los candidatos respaldados por su exjefe.


Ni hablar de la conmoción que causó el exvicepresidente Mike Pence cuando anunció el viernes que haría campaña por el gobernador de Georgia, Brian Kemp (R), quien busca la reelección frente al favorito de Trump, David Perdue.


Kemp -una figura clave en la lista de enemigos políticos de Trump- se opuso a sus intentos para anular la victoria de Joe Biden en 2020 en Georgia.


También en Pensilvania, el exsecretario de Estado Mike Pompeo y el senador Ted Cruz (republicano de Texas), un fuerte aliado de Trump, favorecen al candidato al Senado David McCormick, a pesar de que Trump respalda a la personalidad de la televisión Mehmet Oz en las primarias republicanas de mañana.


El propio exmandatario se describe a sí mismo como el «rey» de los apoyos, diciendo a otros de la tolda roja que eso le hace más poderoso, sin embargo, hay un movimiento entre bastidores en su contra y algunas derrotas de candidatos que apoyó evidencian que su poder disminuye.


Hasta ahora la única derrota que el exinqulino de la Casa Blanca reconoce es la del martes último de Herbster, por la gobernación de Nebraska, sin embargo, sus  asesores temen que se produzcan semanas sombrías, en las que sus candidatos preferidos podrían perder en Georgia y Pensilvania.


Por otro lado, antiguos simpatizantes como el gobernador de Arizona Doug Ducey y el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie,  piensan hacer campaña en Georgia a favor de Kemp, un desafió que según fuentes del círculo íntimo de Trump provoca su enfado.


La Asociación de Gobernadores Republicanos, liderada por Ducey también apoya la candidatura a la reelección del gobernador de Idaho, Brad Little, contra la vicegobernadora Janice McGeachin, endosada por Trump, en las primarias del 17 de mayo.


«Parece que hay una veta de independencia en el Partido Republicano», dijo el senador Lindsey Graham (republicano), un fuerte aliado de Trump. «Trump tiene un impacto muy grande en la política de primarias, pero no es ilimitado».


Pese a todo esto y el trabajo de figuras rojas tras bambalinas,  una reciente encuesta del Washington Post-ABC News mostró el 60 por ciento de los republicanos y de los independientes de tendencia republicana se reiteran con Trump, mientras que el 34 por ciento dice que deberían ir en una dirección diferente.