Gobierno de México ratifica que Ayotzinapa es un crimen de Estado

Ciudad de México, 26 ago (Prensa Latina) Ante la campaña de que un informe oficial sobre Ayotzinapa no aporta nada ni desmiente la «verdad histórica«, el Gobierno mostró hoy más detalles que la desmiente y ratifica el crimen de estado cometido.
Alejandro Encinas, quien encabeza desde hace tres años la investigación, explicó con detalles muy precisos el informe de la comisión durante la conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Dijo que el documento presenta los resultados de la reconstrucción y análisis de lo ocurrido en la noche del 26 y madrugada del 27 de 2014, en dos momentos, el primero con antecedentes, hechos, personas y autoridades que actuaron en el crimen; y el segundo, el análisis y la intervención del Estado en el encubrimiento de los hechos.
Encinas fue desmintiendo puntualmente las mentiras y tergiversaciones de un informe de la oposición política como, por ejemplo, que no es creíble porque sus conclusiones se basan en una sola fuente, y demostró que son 13, las cuales enumeró y explicó su participación.
Agregó otras muchas pruebas y evidencias, como la documentación de 115 testimonios, las pruebas de torturas para fabricar falsos positivos que sustentaran la presunta verdad histórica, los millones de registros telefónicos analizados con 17 mil números usados en las comunicaciones de los autores.
Dijo que se hizo un mapeo y geolocalización de 115 mil acciones de investigación y 41 mil documentos aportados por numerosas organizaciones incluidas de derechos humanos, las intervenciones de llamadas por tráfico de drogas desde Chicago, llamadas de empresas al servicio del gobierno anterior.
Además, agregó, 90 horas de vídeo, 50 vídeos del centro de inteligencia sobre torturas estatales, 467 capturas de pantallas con 37 conversaciones de implicados y otros 36 contactos y trabajo de campo en la reconstrucción de los hechos.
Estos permitieron la evaluación de llamadas desde las 22 horas del día 26 al 27 con distintas autoridades para la persecución, violencia y desaparición de los muchachos, la red de vínculos, los telegramas, y la interacción del grupo criminal Guerreros Unidos.
Dijo que el informe documenta la participación de sicarios, policías, soldados vinculados desde diferentes puntos, con lo que se identifican con toda certeza los vehículos que tomaron rutas diferentes con los estudiantes, incluidos los incinerados en el basurero de Cocula.
Las pruebas y evidencias son definitivas en cuanto a la verificación de que en todo momento las autoridades estatales dieron seguimiento de los hechos al más alto nivel desde que se empezó a organizar la marcha del 2 de octubre que s iba a realizar en Ciudad de México en la cual participarían los 43 normalistas, y de allí el soldado infiltrado entre ellos que también desapareció.
Todos esos hechos fueron ocultados y sobre ello se fabricó la farsa de la verdad histórica con el fin de amparar a las autoridades al más alto nivel, civiles y militares, el encubrimiento de los hechos y la alteración de la escena del crimen, con lo cual cometieron cuatro delitos graves, como violación de los derechos humanos, privación ilegal de libertad, homicidio, y encubrimiento.
Contrario a lo que intenta asegurar la oposición política, dijo Encinas, el crimen de Ayotzinapa no fue un hecho fortuito porque las autoridades tuvieron todo el tiempo conocimiento del movimiento de los jóvenes desde el día anterior del asesinato cuando salieron en vehículos para la marcha del 2 de octubre.
La otra mentira es que fueron detenidos y quemados en Colula, pero las pruebas demuestran que los 43 nunca estuvieron juntos y fueron asesinados y calcinados en diferentes lugares por Guerreros Unidos, y hay informaciones que seis de los estudiantes estuvieron detenidos en una bodega vieja y entregados al coronel José Rodríguez Pérez los cuales mantuvieron vivos hasta cuatro días después de la masacre y los mataron también.
Todo esto confirma por qué es un crimen de estado crimen de estado y cómo, de facto, hubo un mando central y una colusión entre el cártel Guerreros Unidos y agentes y autoridades del estado tanto locales como al más alto nivel del gobierno.
Encina reiteró que no van a ocultar absolutamente nada ni solapar a los responsables sea quien sea, y se seguirá dando al público toda la información que se posea.