Washington, 30 nov (Prensa Latina) Donald Trump cenó con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien viajó a Mar-a-Lago, Florida, con una preocupación en mente: la subida de aranceles con los que amenaza hoy el presidente electo de Estados Unidos.
Trudeau es el primer líder extranjero del Grupo de los Siete (G7) – foro que reúne a las naciones más desarrolladas del mundo- que visita a Trump desde las elecciones que ganó el 5 de noviembre y lo devolverán otros cuatro años a la Casa Blanca a partir del 20 de enero de 2025.
Según apreciaciones en medios locales, el gobernante canadiense trataría de persuadir a Trump de que dé marcha atrás con su intimidación arancelaria.
El Presidente 45 (2017-2021) y en breve Presidente 47 anticipó que impondría aranceles generalizados a los productos de Canadá y México el mismo día de asumir el cargo.
Trudeau y Trump compartieron juntos una cena anoche, de acuerdo con un funcionario no identificado, quien dijo que participó también una delegación de aliados de alto rango del mandatario electo que están preparados para ocupar los principales puestos de comercio y seguridad en su próxima administración.
El esperado encuentro ocurrió tras la amenaza de Trump de imponer tarifas de 25 por ciento a los productos de México y Canadá hasta que ambos países detuvieran lo que afirma es un flujo de drogas y migrantes indocumentados hacia Estados Unidos.
Trudeau comentó a la prensa a principios de la semana que concluye que él y Trump hablaran por teléfono después de lo expuesto por el republicano y que tuvieron una «buena conversación». Añadió que podrían producirse «muchas conversaciones interesantes» con el ocupante entrante del Despacho Oval.
El primer ministro citó las negociaciones -complejas y dilatadas- del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, o UMSCA, como una señal de que podría trabajar con Trump en materia de comercio y evitar una temida guerra comercial.
El pacto, que entró en vigor en 2020, fue diseñado para proporcionar un comercio mayoritariamente libre de impuestos entre los tres países.
Los aranceles, que además Trump pretende aplicar a China un 10 por ciento de penalidad a los productos importados del gigante asiático, dispararían significativamente los precios de los bienes después de haber basado su campaña electoral en la promesa de reducir la inflación.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, que igualmente ya conversó vía telefónica con Trump, alertó que no es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos.
«Se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos. A un arancel, vendrá otro en respuesta (…) Considero que el diálogo es el mejor camino para el entendimiento, la paz y la prosperidad en nuestras naciones», subrayó la mandataria mexicana.