Ciudad de México, 30 nov (Prensa Latina) La carta enviada por la presidenta Claudia Sheinbaum al mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, tras su amenaza de elevar aranceles a los productos de México y otros países marcó la semana noticiosa que finaliza hoy.
Trump prometió el pasado lunes subir esos impuestos a las mercancías provenientes de esta nación latinoamericana, Canadá y China desde el primer día de su administración, en represalia por la inmigración ilegal y el «crimen y las drogas», según dijo.
En una respuesta calificada como firme por políticos, ciudadanos y medios de comunicación, Sheinbaum consideró que las amenazas y los aranceles no resolverán el fenómeno migratorio y el consumo de estupefacientes en el vecino norteño.
La mandataria señaló que «se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos» y advirtió al futuro gobernante que «a un arancel vendrá otro en respuesta, y así hasta que pongamos en riesgo empresas comunes».
Refirió que entre los principales exportadores de México a la vecina nación están las norteamericanas General Motors, Stellantis y Ford Motors Company, se preguntó por qué ponerles un impuesto y sostuvo que causaría a ambos países inflación y pérdidas de empleo.
Hizo énfasis en la política integral de atención a las personas migrantes desarrollada por este país latinoamericano, la cual redujo ese flujo en 75 por ciento de diciembre de 2023 a noviembre de este año, de acuerdo con cifras de la Patrulla Fronteriza y Aduana estadounidense.
«Por otro lado y por razones humanitarias -añadió- siempre hemos manifestado la disposición de México para evitar que siga la epidemia de fentanilo en Estados Unidos, que por lo demás es un problema de consumo y de salud pública de la sociedad de su país».
Al día siguiente, Sheinbaum y Trump mantuvieron una conversación que también marcó la agenda mediática.
La presidenta reiteró en X que la postura de su país no es cerrar fronteras, sino tender puentes entre gobiernos y pueblos, luego de un mensaje de Trump en otra red social, en el cual afirmó que ella aceptó «detener» la migración «cerrando efectivamente» la frontera entre ambos países.
«Les doy la certeza de que nunca -y además, seríamos incapaces- planteamos que íbamos a cerrar la frontera en el norte o en el sur de Estados Unidos. Nunca ha sido nuestro planteamiento y por supuesto que no estamos de acuerdo con eso», volvió a aclarar la dignataria.
En su habitual conferencia de prensa, Sheinbaum descartó, además, una «potencial guerra arancelaria» entre los dos países, calificó de muy amable la conversación con Trump y añadió que coincidieron en que habrá buena relación.
«Nos vamos a poner de acuerdo, yo estoy convencida, defendiendo nuestra soberanía, con el respeto a México y en la colaboración que tiene que tener un gobierno con otro y un socio comercial con otro», manifestó ayer la gobernante.
México es el principal socio comercial de Estados Unidos, y las economías de ambas naciones y la de Canadá se complementan y benefician a través del acuerdo trilateral T-MEC.
Según estimaciones de la Secretaría de Economía del país latinoamericano, Estados Unidos perdería unos 400 mil empleos y se reduciría su crecimiento de concretarse la subida de aranceles anunciada por Trump.