Denuncian privilegios de exdictador boliviano García Meza

La Paz, 5 ago (PL) El exdictador boliviano Luis García Meza (1980-1981), condenado a cadena perpetua, pasa sus días en una habitación aislada de un hospital militar en esta capital, con microondas, frigobar y un pequeño living, denunció hoy un diario local.

De acuerdo con un reporte publicado en la edición digital de Página Siete, el exmilitar cuenta, a diferencia de otros pacientes, con un cuarto personal, al que solo está permitida la entrada a las personas que él determine.

«Nadie puede pasar, a menos que el general lo decida», dijo uno de los guardias militares al periódico.

Por su parte, la Plataforma de Luchadores Sociales Contra la Impunidad por la Justicia y la Memoria Histórica del Pueblo Boliviano, que reúne víctimas de la dictadura, exigió el traslado inmediato del exdictador hasta el penal de Chonchocoro, donde debe cumplir su condena.

El exgeneral, en el poder desde el 17 de julio de 1980 hasta el 4 de agosto de 1981, está internado desde hace un año por un cáncer.

En una entrevista con una radio local la pasada semana, García Mesa negó su participación en los crímenes cometidos durante su régimen, por lo que rechazó arrepentirse de las violaciones a los derechos humanos ocurridas bajo su mando.

Condenado a 30 años de cárcel por atentados contra las libertades ciudadanas, genocidio y narcotráfico, aseguró no tener cargo de conciencia por su gobierno.

«Si yo hubiese matado, estuviera arrepentido. En mi libro (…) digo: ni he matado, ni he robado, gracias a Dios», dijo, aunque no aclaró si en lugar de matar ordenó dichos asesinatos.

De acuerdo con organizaciones de derechos humanos, en el año y un mes de su dictadura se registraron unos 500 crímenes y desapariciones forzosas y más de cuatro mil detenidos políticos.

García Meza, de 84 años y acusado también de sedición, alzamiento armado y organización de grupos irregulares fue extraditado por la Justicia brasileña en marzo de 1995 y condenado a 30 años de cárcel sin derecho a indulto.

Fue ubicado en la prisión de máxima seguridad de Chonchocoro, en la periferia de La Paz, donde hasta hace poco contaba con tres celdas a su disposición, con una parrilla donde convidaba amigos, un gimnasio y hasta una sauna.

Deja tu comentario