EE.UU. insiste en carácter limitado de eventual acción contra Siria

Washington, 8 sep, (PL) La operación militar estadounidense contra Siria estaría limitada a degradar sus capacidades defensivas y de empleo de armas químicas, mediante el lanzamiento de cohetes crucero Tomahawk durante uno o dos días, señalan hoy medios de prensa.

Según los planes, el ataque sería contra un número reducido de blancos y completado con el lanzamiento de otras oleadas de cohetes para terminar de eliminar los objetivos que quedaron en pie tras los primeros golpes.

Estos misiles serían lanzados desde cuatro destructores de la Armada estadounidense que permanecen en el Mediterráneo oriental, con el fin de castigar al gobierno del presidente Bashar Al Assad, no para cambiar la correlación de fuerzas a favor de las bandas armadas, dijeron funcionarios de la Casa Blanca al diario USA Today.

Un especialista en asuntos del Medio Oriente y dos altos oficiales del Pentágono, cuyos nombres no fueron revelados, describieron al rotativo el tipo de armamentos a utilizar y los blancos a batir.

Además de los cohetes desde los buques, la Fuerza Aérea estadounidense puede lanzar misiles desde zonas alejadas del espacio aéreo sirio, según las fuentes.

El concepto degradar no se utiliza en los libros de textos y reglamentos militares, por lo que la palabra está abierta a la interpretación de los ejecutores de las operaciones, y es tan vago que podría describir el efecto de un solo golpe coheteril, añadieron.

El vocero del Pentágono, George Little, dijo la semana pasada que un ataque contra Siria no requeriría el uso de tropas terrestres, sino que estaría limitado a disuadir al gobierno sirio y degradar sus capacidades para emplear armas químicas.

El secretario de Defensa, Charles Hagel, señaló el miércoles pasado en una audiencia en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado que un golpe de ese tipo costaría decenas de millones de dólares y estaría limitado al lanzamiento de cohetes crucero.

Uno solo de estos misiles lanzados desde los buques tiene un costo de un millón 100 mil dólares y cada nave puede portar varias docenas de ellos.

Un golpe más amplio, dirigido a destruir las defensas antiaéreas y crear una zona de prohibición de vuelos, costaría inicialmente 500 millones de dólares y posteriormente la factura sería de mil millones de dólares mensualmente para mantener esa medida, según el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, Martin Dempsey.

El presidente Barack Obama enfrenta una fuerte oposición en el Congreso y la opinión pública nacional e internacional para llevar a cabo sus planes de ataque contra Siria, a cuyas autoridades acusa de utilizar armas químicas contra la población civil, alegaciones que rechaza el gobierno de Damasco.

Según encuestas recientes, más de 60 por ciento de los estadounidenses rechazan el empleo de la fuerza contra esa nación levantina.

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