Profesor indígena considera inocente a mitad de presos mexicanos

México, 4 nov (PL) El profesor indígena mexicano Alberto Patishtán, recientemente excarcelado tras 13 años de injusta prisión, afirmó que al menos la mitad de las personas privadas de libertad hoy en el país son inocentes.

De acuerdo con los cálculos del maestro tzotzil, la mitad de los presos de los centros penitenciarios de México están acusados sin pruebas y pagan los delitos de otros debido a la ceguera de las autoridades.

En entrevista con el diario La Jornada manifestó que la lucha no termina con su liberación, pues su caso es uno más entre muchos. Consideró como la principal tarea que el propio detenido comience a gritar desde donde está, para tratar de ser escuchado.

Falta demasiado por hacer a fin de que no se repita la misma historia, apuntó Patishtán, para luego agregar que ya han comprobado la inflexibilidad y la falta de conciencia de las autoridades.

El profesor indígena fue acusado en junio de 2000 por el asesinato de siete policías en el municipio El Bosque, en el estado de Chiapas, crimen por el cual fue condenado dos años después pese a las numerosas pruebas que demostraban su inocencia.

Muchos testigos afirmaron haber permanecido con él en otro pueblo a la hora de los hechos, al tiempo que se denunciaron múltiples irregularidades en el proceso judicial en su contra, como haber sido detenido sin una orden de aprehensión.

Pocos días después de recibir un indulto presidencial, pues desde el punto de vista legal todos los pasos resultaron infructuosos, el maestro expresó que el Poder Judicial existe para aplicar la ley, pero no la justicia, pues ellos buscan a alguien que pague el delito, no a quien lo cometió.

Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, en la nación hay más de ocho mil 500 indígenas en prisión, la mayoría de los cuales sufrió procesos similares al de Patishtán, pues nunca tuvieron acceso a traductores, y los jueces, fiscales y abogados defensores no conocían las costumbres ni el idioma de los pueblos originarios.

Cuando me detuvieron les decía que usaran los avances tecnológicos, que nos pusieran un detector de mentiras a mí y al que me acusaba, aunque yo ni sabía si existían ese tipo de aparatos o no, pero ni caso, recordó el maestro al rememorar su caso.

Luego de recibir una sentencia a 60 años de cárcel, fue trasladado al penal de Cerro Hueco, y posteriormente a El Amate, desde donde continuó con el activismo político que lo caracterizaba antes de su apresamiento, mientras sus familiares y vecinos organizaron una fuerte campaña a su favor.

Parece imposible cambiar las cosas, pero se debe poder, fue el llamado del profesor indígena, quien a sus 42 años recibe tratamiento para combatir un tumor cerebral que le ha hecho ir perdiendo gradualmente la visión.

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