Cuba: Maffo, 55 años después de la batalla

Por Marta Cabrales

Santiago de Cuba (PL) Los orificios de balas en las paredes del Banco de Fomento Agrícola e Industrial (Banfaic) y recuerdos de lugareños evocan la batalla de Maffo, librada durante 20 días en diciembre de 1958 como preludio del triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959.

En ese poblado del actual municipio de Contramaestre, que era entonces un barrio de la jurisdicción de Jiguaní en la antigua provincia de Oriente, con unos 13 mil 200 pobladores, tuvieron lugar encarnizados combates entre el Ejército Rebelde y tropas del tirano Fulgencio Batista.

Desde el 10 hasta el 30 de diciembre de 1958 la pequeña demarcación fue sacudida por los enfrentamientos armados, que se concentraron en las instalaciones del Banfaic, donde se atrincheraron las fuerzas enemigas en una firme resistencia que prolongó las acciones, dirigidas por el Comandante Fidel Castro.

El libro De la Sierra Maestra a Santiago de Cuba, la Contraofensiva Estratégica, del líder histórico de la Revolución Cubana, apunta acerca del panorama de tierra arrasada que dejaron los incesantes ataques de la aviación, con bombas de 500 libras, incapaces de vencer el cerco rebelde.

Igualmente se registra la intensificación de las arremetidas, durante los últimos tres días, por las columnas uno y tres, así como el reforzamiento con un tanque T 37 arrebatado a las huestes del dictador y movilizado desde las cercanías de Manzanillo.

Un cañón de 37 milímetros y un mortero 81, también ocupados en combates anteriores, fortalecieron la capacidad ofensiva de los efectivos insurrectos.

En el parte correspondiente al 30 de diciembre, ya Maffo había caído a las cinco y treinta de la tarde. Sucumbía así ante el empuje de los guerrilleros el batallón 10 al mando del comandante Leopoldo Hernández Ríos y con ese hecho, no quedaba entonces una sola fuerza enemiga entre Bayamo y esta ciudad.

EL CAMINO LARGO Y DURO; LA HORA DE LOS SUEÑOS

Las fotos que ilustran en ese volumen las dantescas imágenes de las casas bombardeadas en Maffo sobrecogen a pesar del tiempo transcurrido.

En la memoria de muchos vecinos de mayor edad y entre habitantes del cercano Contramaestre, habita aún el estruendo ensordecedor de aquellos días finales de 1958.

Medio siglo y un lustro después pocos detalles recuerdan los ámbitos de entonces: si antes muchos espacios vacíos marcaban ambas orillas de la vía que comunica a ambas demarcaciones, hoy el crecimiento demográfico y de infraestructura prácticamente las ha enlazado.

A la vera de esa ruta, un hogar de ancianos funciona en lo que fuera el pequeño hospital del municipio, construido tras el triunfo revolucionario y superado por otro, mayor y más confortable, clínico y docente, que brinda servicios médicos a un costado de la Carretera Central.

Varias escuelas y nuevos asentamientos de viviendas levantados en la zona imprimen dinamismo y modernidad en un ambiente que era semi-rural.

Las antiguas naves del Banfaic dieron paso a almacenes de café como parte de la empresa de acopio y beneficio del grano, mientras que una pequeña industria apícola surgió a un costado.

El panorama de miseria y desolación encontrado por la Revolución triunfante comenzó a cambiar y abrió para los hombres y mujeres de la comarca nuevas oportunidades de realización personal para contribuir a la obra común.

Los muertos y heridos en la batalla de Maffo, al igual que en los restantes combates ante tropas superiores en armas y efectivos, fueron parte del alto precio pagado por la libertad y el derecho a la dignidad humana, tal y como lo reflejara Fidel Castro en su discurso de esa fecha victoriosa en el Ayuntamiento de esta urbe.

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