Los muralistas son una especie en extinción: Ariosto Otero Reyes

Por Karen Rivera

«Es necesario borrar un poco toda esta lamentable etapa sangrienta que traemos encima, que nos está haciendo mucho daño, porque se dejó una máquina de matar montada y no se puede desmontar todavía»

(N22)El muralismo es una esencia milenaria de México para el mundo. No data solamente de la época de la Revolución ni es una moda, pero sí es la corriente pictórica más importante del país, así lo afirma Ariosto Otero Reyes (Ciudad de México), quien lleva 34 años sobre los andamios.
 
Más de 65 obras respaldan el trabajo de este muralista mexicano comprometido con el arte. Sus trazos dibujan los conflictos sociales que enfrenta el país; su visión crítica se observa desde su primera pintura de gran formato, Libros de las historias de mi pueblo, realizada en 1980, en el Palacio Municipal de Amecameca, hasta su último mural, Los pueblos no guardan memoria, que viste las paredes de la estación de la Línea 2 del metro Xola.
 
La Secretaría de Gobernación, el sindicato Nacional de Trabajadores, las estaciones del metro Revolución, la Raza y el mercado de San Ángel, son algunos lugares que resguardan la obra de quien es el fundador y presidente de la Unión Latinoamericana de Muralistas y Creadores de Arte Monumental, integrada por artistas de Brasil, Colombia, Bolivia, Ecuador, Argentina, Uruguay, Paraguay y Cuba.
 
-¿Cómo define Ariosto Otero al muralismo mexicano?
 
El muralismo representa el compromiso de la justicia social de nuestro país. A través de éste mucha gente encuentra su mundo y encuentra también la problemática social y política de México. El mural es un ente épico, didáctico, arquitectónico, cinematográfico, una gran escenografía fija que cumple una enorme labor social y visual con la ciudadanía y con todos los seres del planeta.
 
-¿Los muralistas son una especie en extinción?
 
Sí, parece que los muralistas somos una especie en extinción. Yo me considero una especie de vigilante de nuestra identidad para que permanezcamos como mexicanos y sobre todo para que dejemos de odiarnos.
 
-En su obra se aprecian distintas temáticas, sociedad, ecología, política, pueblo, pero ¿cuál es el principal compromiso que tiene un muralista?
 
Mi compromiso es hacer mi obra para los demás, no para mí. Toda mi obra habla de mi país y del mundo, de lo que nos duele y de lo que no nos duele, porque también hay que pintar las alegrías. Estoy interesado en todo lo que le pertenece al ser humano, el mundo de la ecología, soy defensor del agua; la vida social de mi pueblo, pero sobre todo, me interesa que no se borre la memoria histórica de nuestro país, la identidad, ese es mi principal compromiso.
 
-La clase política se siente lastimada, ofendida con su obra, ¿a qué cree que se debe?
 
Si la clase política se lástima con mis pinturas es porque se encuentran -de otra manera no se lastimarían- en mis murales y entonces a muchos no les gusta la verdad. Es necesario borrar un poco toda esta lamentable etapa sangrienta que traemos encima, que nos está haciendo mucho daño, porque se dejó una máquina de matar montada y no se puede desmontar todavía. El muralismo no es una cosa decorativa y condescendiente, el muralismo refleja la realidad, no tiene raza, no tiene política y no tiene sexo ni compromisos con nadie. El muralismo es de la patria y para la sociedad.
 
-¿Cómo desmontar esa máquina de matar? 
 
Primero tenemos que dejar de odiarnos, nos odiamos todos, la gente ya no se habla igual, cada quien hace lo que se le pega la gana, el del camión me odia y yo lo odio también, el del taxi igual, la gente pone su coche como quiere, hemos perdido el orden, cuando un país pierde el orden empieza a perderlo todo y empieza a perder sus valores, el primer punto es dejar de odiarnos y empezar a ordenarnos como ciudadanos. El país no es el gobierno, el país somos todos los mexicanos, todos los ciudadanos que luchamos, ellos administran, pero nosotros somos los que tenemos que hermanarnos  y abrazarnos.
 
Somos un país que tenemos mucho para ofrecer no sólo a su gente sino al mundo; sin embargo, parece que la riqueza en México es una desgracia.
 
-La ALDF le concedió la medalla al Mérito Artístico en diciembre.
 
Igual no necesito las medallas, pero representa un gran compromiso con mi país, con mi historia.

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