La política es el arte de servirse de los hombres
haciéndoles creer que se les sirve a ellos
Louis Dumur
Aunque la lógica indica que no todos los que compiten por el poder lo hacen con el objetivo real de alcanzarlo, sino lograr una negociación que les permita obtener canonjías para seguir “vigentes” en la nómina gubernamental, en Quintana Roo, algunos de los que compiten por la candidatura a la gubernatura con pocas posibilidades de obtenerla, han dado muy tempranas muestras de sus reales intenciones, lo que no necesariamente les sería favorable.
Evidentemente, con el proceso electoral local aun lejos de iniciar, en febrero de 2016, de acuerdo con la reforma política que apenas está por aprobarse, ninguno de los débiles contendientes reconocerá sus escasas posibilidades o un abandono de sus intenciones, pero en la realidad todos y cada uno de ellos se irá “alienando” en esa tan adornadamente llamada “institucionalidad” partidista.
El alcalde de Othón P. Blanco, Eduardo Espinosa Abuxapqui, que hábilmente comenzó la adelantada contienda, siendo el primero en manifestarse abiertamente en la búsqueda de la candidatura a la gubernatura del Partido Revolucionario Institucional (PRI), presentó resultados favorables en apoyo a los ahora electos diputados federales de su partido, ha jugado siempre entre la presión y la “institucionalidad” buscando que sus posibilidades crecieran a partir del desgaste de los demás contendientes, logrando colarse como “el tercero en discordia” y aprovechando una vieja, aunque desgastada relación con el que este jueves será ungido como dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, con quien coincidió en la diputación federal, del 2006 al 2009.
Sin embargo, el mayor de sus yerros parece haberlo cometido apenas la semana anterior, en la que envió al Congreso local una serie de iniciativas, entre las cuales se encuentra la que pretende aplicar un impuesto al boletaje en las cadenas de cines, lo que le valió una andanada de críticas en redes sociales que fácilmente descarrilarían sus adelantadas intenciones, pues aunque se asegura que los impuestos no serían pagados por los ciudadanos, en la realidad nada garantiza que ello no ocurrirá.
Lo he señalado con anterioridad, aplicar nuevos impuestos cuando se busca una candidatura, es un contrasentido en la realidad política de cualquier entidad o país. Habrá que ver si, además de un adiós a la candidatura, Espinosa Abuxapqui no despide también al “avezado” asesor que le recomendó tan impopular medida, justo además en la víspera de su segundo informe de gobierno municipal.
Caso aparte es el del ex senador Eduardo Ovando Martínez, quien en 2004 ya quiso obtener la candidatura, y cuyos integrantes de su grupo político deslizaron incluso el rumor de que, si no obtiene la candidatura por el PRI, buscaría ser candidato independiente, habrá que ver hasta dónde la enjundia y su confianza en sus llamadas “Redes ciudadanas” lo mantienen en la contienda. Por cierto, que tanto Eduardo Espinosa Abuxapqui como Eduardo Ovando Martínez, se fotografiaron alegremente el fin de semana pasado en diversos eventos con uno de los más aventajados competidores, el diputado federal electo José Luis “Chanito” Toledo…habrá que ver si es mensaje no tan velado.
Por cierto, que de las mujeres poco se ha dicho en la carrera por la gubernatura, pues sólo la ex alcaldesa de Othón P. Blanco y actual diputada local con licencia, Cora Amalia Castilla Madrid, ha sido quien no tan decididamente ha levantado la mano y dicho que buscará la estafeta. Su trayectoria parece suficiente para alcanzarla, pero lo cierto es que no parece atravesar por su mejor momento político. Por otra parte, la cozumeleña Sara Latife Ruiz Chávez, no ha dicho “esta boca es mía”, así que, a menos que sea por los partidos de oposición, parece no habrán mujeres que busquen la gubernatura.
Así, quedarían en la contienda, además del recientemente fortalecido José Luis Toledo Medina; el presidente municipal de Solidaridad, Mauricio Góngora Escalante; el secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría; y probablemente el subsecretario de Turismo federal, Carlos Joaquín González –quien sigue sin hablar abiertamente de sus aspiraciones-; y un cada vez más desdibujado Raymundo King de la Rosa, cuyas posibilidades se observan más por el rumbo del Congreso local y no la gubernatura.
Los actores irán tomando su lugar en el tablero político con base en sus acciones, y los que queden deberán dar muestras de seguir las reglas establecidas en lo local, además de mostrar las relaciones establecidas con el centro del poder en el gobierno federal, pues ciertamente la definición de la ansiada candidatura deberá equilibrar las ambiciones de los grupos de poder, y garantizar la viabilidad y gobernabilidad para los próximos años en Quintana Roo, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra, nos leemos en la próxima.