Culpables como el crimen organizado

Guillermo Robles Ramírez

Por Guillermo Robles Ramírez

Nunca antes se había cuestionado tanto sobre la existencia del narcotráfico, sino no fue hasta con el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, cuando se le declaró la guerra de frente combatiendo al crimen organizado.

No dejará de ser un tabú en el país ya que siempre se ha dicho que el narcotráfico siempre ha existido en México, pero lo solapaban otros gobiernos. Considerado como historietas ante la falta de elementos para probar lo dicho.

Pero para todo existe una causa y lo más lógico de pensar es que pudiera ser la falta de oportunidades; el incremento del desempleo y falta de estímulos fiscales para generar nuevos empleos o mantener los existentes.

El territorio nacional es muy basto, es demasiado grande como para darse cuenta de la dimensión de las necesidades y marginación de pobreza existente en comunidades que habitan en cerros o simplemente, comunidades indígenas residuos vivientes de nuestros antepasados precolombinos.

Es preocupante que los problemas sociales que se sufren en México, van en aumento, así como cada una de las víctimas inocentes que se están cobrando en la guerra sin fin contra el narcotráfico.

Pero también existen aquellas bajas que no se ven como son todos esos jóvenes quienes son víctimas en el reclutamiento nuevo que están haciendo el crimen organizado con jovencitos entre quince y diecisiete años de edad.

Los motivos de este nuevo esquema de la delincuencia, podrán ser inimaginables, desde la capacidad de manipulación sicológica, el dinero fácil, el pago por especie (droga), la inconsciencia impulsiva mal encausada de un joven, hasta él pertenecer y ser aceptado como igual en algún grupo social.

Cuales fuesen sus causas de algo sí es seguro; que ninguno de ellos se justifica ante este crimen que ha quedado impune y que ninguna autoridad ya sea municipal, estatal o federal se ha preocupado en combatirlo, más que en armar a las fuerzas federales, al ejército y también a los civiles.

Ante un futuro incierto y sin rumbo, deja desprotegida y vulnerable a todos esos adolescentes que se están alistando en las nuevas filas de la delincuencia organizada. Si ya en sí aquellos pocos que logran estar en una universidad tienen que abandonar sus estudios para buscar un trabajo para pagar la colegiatura.

El mayor crimen en esta época, es la falta de esperanza de las nuevas generaciones, pensando que, brincando el año, se nos acabaran los problemas que está pasando México, pero realmente no se está combatiendo este crimen que es peor que la que se vive al día de hoy, y se está entregando a muchos jóvenes en bandeja de plata a la delincuencia organizada y ya no tan solo a un grupo como el narcotráfico.

Si bien es cierto que para la óptica de algunos la juventud está en decadencia, también lo es que la política está en su peor decadencia al encontrar cada vez más funcionarios y gobernadores que solamente usan esos puestos para beneficiarse a sí mismos sin importar el endeudamiento de una entidad.

Enfermos de poder que los ciega de impunidad cada vez que son descubiertos, creyéndose superior a cualquier deidad porque son los intocables ante la justicia, pero tan culpables como aquellos que pertenecen al crimen organizado. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y2013) www.intersip.org

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