Washington, 10 jul (PL) La Marina de Guerra de Estados Unidos declaró hoy listo para entrar en servicio al avión antisubmarino y de vigilancia marítima Poseidon P-8A, cuyo costo total supera los 33 mil 638 millones de dólares.
La Armada norteamericana aseguró que el aparato, a un precio de más de 201 millones cada uno, es efectivo y útil desde el punto de vista operacional y está preparado para su introducción en la aviación naval en los próximos meses de este año.
El programa sufrió demoras en 2009 tras descubrirse fallas en el sistema de detección de hielo del aparato, debido al empleo de varios componentes de baja calidad en su estructura, informa el diario Stars and Stripes.
El avión está diseñado para relevar a su similar antisubmarino P-3C Orion que data de varias décadas de servicio, informó el Capitán de Navío Scott Dillon, gerente de la Oficina del Programa del Avión de Patrullaje Marítimo y Reconocimiento.
La Armada norteamericana planifica adquirir un total de 117 aviones P-8A, de los cuales nueve ya fueron entregados por la compañía Boeing Defense, Space and Security, sobre la base de la modificación de una aeronave civil modelo 737-800.
El primer aparato lo recibió la Marina en marzo de 2012, y en septiembre de 2012 Boeing anunció que había recibido una orden de producción de otros 11 por un monto de mil 900 millones de dólares.
La aeronave está diseñada para la guerra antisubmarina y de superficie, interdicción de buques en altamar, vigilancia electrónica, además de que es capaz de lanzar cohetes antibuques Harpoon y otros sistemas de armamentos, lo cual encarece más este sistema.
Grupos ambientalistas han expresado preocupación por la presencia de estas aeronaves en la Estación Aeronaval de Whidbey Island, ubicada en el noroccidental estado de Washington, por lo que la Armada inició una investigación sobre el tema antes de concretar sus planes de desplegar en esa instalación 49 P-8A en 2019.
El presupuesto militar de Estados Unidos, que se prevé ascienda a más de 638 mil millones de dólares para 2014, es mayor que el monto combinado de las otras 10 naciones que más gastan en esa esfera, según datos del Instituto de Investigaciones para la Paz (SIPRI) con sede en Estocolmo, Suecia.