Damasco, 11 jul (PL) El presidente de Siria, Bashar al-Assad, desmintió que el dirigente Partido Baath Árabe Socialista tenga la principal responsabilidad por el actual conflicto ni que carezca de apoyo popular, en una entrevista publicada hoy por el periódico Baath (Renacimiento).
La guerra que padece el país no es de las bases populares contra un partido en el gobierno o contra el Estado, lo cual puede ser demostrado porque son precisamente los trabajadores, obreros y campesinos quienes junto al Ejército enfrentan a las bandas mercenarias, explicó el mandatario.
Desde el principio de la crisis hubo quienes intentaron borrar la historia del al-Baath y achacarle toda la responsabilidad de lo que ocurre, alegando que su dirección resultó devastadora para el país, a pesar de los logros durante medio siglo, denunció.
A juicio del secretario general de la principal organización política de esta nación, «nuestro principal problema fue la falta de equilibrio entre el partido y el poder».
El verdadero papel del Comité Central del Partido consiste en rendir cuentas a la dirección de forma periódica, y eso no ocurrió en los últimos años, dijo.
Por ello resulta primordial reconsiderar los objetivos y principios partidistas de acuerdo con las circunstancias actuales, mediante la vinculación de los intereses políticos, ideológicos, doctrinales y religiosos para garantizar la unidad nacional, reconoció el Ejecutivo.
Afirmó que tras la reciente celebración del XI Congreso del partido Baath, donde resultó reelecto secretario general y se renovó al resto de los 16 miembros de la dirección nacional, se determinó que la lucha contra la corrupción constituye una prioridad de la nueva etapa.
Dicho combate contra el tráfico de influencias y sobornos, tanto en el Estado como al interior del propio partido, representa uno de los pilares más importantes para incrementar el apoyo y confianza de las bases populares, aseguró.
Agregó que la verdadera fuerza del partido radica en la interacción y el apoyo popular a sus programas y su desempeño de la vida política, social y económica, al tiempo que llamó al ejercicio de la crítica y la corrección de los errores.
Señalar los lunares a las instituciones, gobierno o al Estado resulta beneficioso y conduce a su mejor rendimiento, y por ello la cultura de la crítica debe convertirse en uno de los fundamentos de la acción partidista, algo que nada tiene que ver con dictámenes ni leyes, remarcó.
Al-Assad insistió en la importancia de los medios en la etapa actual, y valoró que el periódico Baath posee un rol clave en la defensa de la organización, por ser un canal de comunicación entre la dirección y las bases, favorecedor del diálogo y plataforma estable para el desarrollo.
En otra parte del diálogo, el gobernante criticó al llamado Islam Político, un movimiento que en su criterio, lo conforman partidos y organizaciones que se valen de la religión para alcanzar el poder político, como la Hermandad Musulmana.
En este sentido, exhortó a diferenciar entre quienes utilizan la creencias religiosas para intereses mezquinos y los que basados en la fe, defienden causas verdaderas y legítimas.