Washington, 4 sep (PL) El presidente estadounidense, Barack Obama, sigue en la búsqueda de defensores de su ley de salud, ante el rechazo de la iniciativa no solo entre la oposición republicana sino también por buena parte de los ciudadanos del país.
Por ello el mandatario demócrata ha designado al expresidente William Clinton y a otros funcionarios de su administración para reforzar la promoción de su plan.
Clinton salió en respaldo este miércoles en Arkansas del llamado Obamacare (Ley de Asistencia Accesible, promulgada en 2010) como la mejor oportunidad para una cobertura casi universal de salud.
Sin embargo, críticos de esta medida plantean que los grandes ganadores del plan serán a fin de cuentas las aseguradoras.
Un porcentaje elevado de personas temen los altos costes de esta reforma y además consideran que el Estado se inmiscuiría demasiado en la esfera privada.
La legislación ampliará la cobertura sanitaria a otros 32 millones de estadounidenses, extiende el Medicare y el Medicaid, y además establece multas para particulares y empresas que no contraten ningún seguro.
No obstante, en Estados Unidos hay alrededor de 45,5 millones de personas, o sea, el 14,7 por ciento de la población, que no tienen ningún plan o derecho a la salud, por no poseer suficientes ingresos para pagar por un programa de cobertura. Las cifras revelan igualmente que 4,9 millones de menores de 18 años carecen de este seguro.
Incluso ocurre que las compañías niegan este servicio al estimar que constituyen «riesgos» a sus ganancias si, por ejemplo, alguien padece de una enfermedad seria.
Durante un discurso en Arkansas, Clinto afirmó que esta modificación que se pretende a las leyes sanitarias «es mejor que el sistema actual, que es poco saludable para millones de estadounidenses».
El pasado mes de mayo la Cámara de Representantes (que controla el presupuesto) rechazó por 37 ocasión la gran reforma del sistema sanitario propuesta por el presidente demócrata. La implementación de ese plan de salud está prevista para 2014.