Londres, 21 sep (PL) Una bomba atómica de cuatro megatones, 268 veces más potente que la de Hiroshima, pudo explotar en Carolina del Norte el 23 de enero de 1961, según documentos desclasificados citados hoy por la prensa británica.
En la mencionada fecha, solo tres días después del discurso inaugural del entonces presidente John F. Kennedy, un bombardero B-52 se partió en dos en pleno vuelo sobre la ciudad de Goldsboro con dos bombas MK39 Mod 2 a bordo, destaca el rotativo The Guardian.
Una de las bombas actuó como se espera en casos de lanzamientos imprevistos, pues en su caída abrió el paracaídas y se activó el proceso de detonación que solo fue impedido a última hora por la acción de un interruptor de bajo voltaje.
El estallido de la mencionada bomba habría afectado a millones de personas en las ciudades de Washington, Baltilmore, Filadelfia e incluso Nueva York, señala el diario, que se refiere a un informe del ingeniero Parker F. Jones, hecho ocho años después del suceso.
Además, el documento de Jones, quien laboraba en los laboratorios Sandia, encargados de preparar la seguridad de las bombas nucleares, reconoce que entre 1950 y 1968 se registraron 700 accidentes significativos con mil 250 armas nucleares.
Jones reconoce en su informe el fallo de al menos otros tres mecanismos de seguridad previstos para los peligrosos artefactos, a los que consideró inadecuados para garantizarle el transporte en la mencionada fortaleza aérea estadounidense.
Los documentos desclasificados fueron obtenidos por el periodista norteamericano Eric Schlosser, en medio de sus investigaciones para concluir un libro sobre la carrera armamentista en la esfera atómica.