Sao Paulo, 8 oct (PL) La Policía Militar brasileña volverá a utilizar balas de goma para dispersar manifestaciones y protestas en el estado de Sao Paulo, afirmó hoy el secretario de Seguridad Pública de este territorio, Fernando Grella.
El anuncio se registra después de que anoche ocurrieran actos de vandalismo y desórdenes tras una marcha de miles de personas en la Plaza de la República, en apoyo a los estudiantes que invadieron la semana pasada la rectoría de la Universidad estatal y a los profesores en huelga en Río de Janeiro.
Durante el enfrentamiento con los agentes del orden de los jóvenes, muchos de ellos encapuchados, fueron destruidos varios escaparates y los cristales de al menos ocho agencias bancarias, mientras un coche policial fue volcado y 11 personas fueron detenidas, dijo Grella.
Puntualizó que la Policía tiene órdenes de hacer uso progresivo de la fuerza en casos de vandalismo, como los reportados anoche, e incluso emplear balas de goma, aseveró.
El uso de esos proyectiles fue suspendido el 17 de junio pasado después de registrarse un incremento de las manifestaciones y de aumentar el rechazo hacia la excesiva violencia policial durante protestas por una disminución de la tarifa del transporte público y por menos violencia y más inversiones en salud y educación.
Además de Sao Paulo, en Río de Janeiro se reportaron también violentas riñas entre enmascarados y la Policía Militar, que dejaron un saldo de 15 personas detenidas y varios escaparates de tiendas y comercios destruidos.
El choque con los agentes puso fin a una marcha de unos 20 mil maestros y profesores que protestaron contra el plan de ascensos y reajustes salariales propuesto por la alcaldía y sancionado la semana pasada por legisladores municipales.
Los educadores realizaron una caminata pacífica desde la iglesia la Candelaria hasta la plaza de Cinelandia, en el centro de Río, pero grupos de encapuchados se infiltraron en la manifestación y se enfrentaron a las fuerzas policiales.
Esos reclamaron la desmilitarización de la Policía, la renuncia del gobernador del estado, Sergio Cabral, y refutaron el excesivo uso de la violencia para dispersar las manifestaciones y mítines en esa ciudad.
Además de usar palos y piedras, los enmascarados lanzaron cocteles molotov contra el consulado estadounidense y la Cámara Municipal e incendiaron ocho ómnibus y contenedores de basura.