Roma, 9 oct (PL) El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, recibió abucheos al visitar hoy la isla italiana de Lampedusa, frente a cuyas costas naufragó un barco con 518 inmigrantes, de los cuales solo 155 sobrevivieron.
Vecinos de la isla siciliana, colocados a lo largo del trayecto de la caravana que llevaba a Barroso y al primer ministro italiano, Enrico Letta, recibieron a los funcionarios con gritos de «asesinos» y «vergüenza», indicó la televisión capitalina.
El presidente de la CE prometió la semana pasada realizar un viaje a Lampedusa para ver con sus propios ojos la tragedia de los inmigrantes, cuyos cadáveres se amontonaron en el muelle y el hangar del aeropuerto de la isla, el punto europeo más cercano a África.
Tras el desastre ocurrido el pasado jueves, una operación conjunta de buzos, el servicio de guardacostas y la aviación logró evacuar 289 cuerpos sin vida, mientras podrían quedar otros 70 atrapados en el interior de la nave, a unos 50 metros de profundidad.
La víspera, una reunión en Luxemburgo de ministros del Interior de la Unión Europea (UE) acordó crear un grupo de trabajo que analice las vías para frenar la llegada de indocumentados a las costas europeas, en especial, de Italia, Grecia, Malta y España.
Además, Roma exige a la UE una modificación del acuerdo firmado en Dublin, por el cual se responsabiliza a los estados a donde llegan los inmigrantes de la atención a los mismos.
El desastre en Lampedusa apenas puso sobre la mesa un problema que se prolonga por más de dos décadas, durante las cuales perecieron unos 25 mil inmigrantes al tratar de cruzar el Mediterráneo para llegar a costas europeas.
Pero tanto el propio grupo de trabajo propuesto por los ministros del Interior de la UE como la mayoría de las actuales regulaciones europeas en materia migratoria, están dirigidas a frenar el flujo de los indocumentados y no precisamente a atenderlos o darles acogida.
Durante la última semana, aparecieron declaraciones de sobrevivientes y pescadores participantes en el rescate de los náufragos que sacaron a flote restricciones existentes para darle auxilio a los inmigrantes, destaca la prensa local.
Los 133 adultos que lograron quedar vivos tras el desastre ahora podrían ser procesados por un tribunal siciliano por inmigración clandestina y, de acuerdo con una ley vigente desde agosto de 2009, serían multados con cinco mil euros y devueltos a sus países.
El ayuntamiento capitalino propuso acoger, excepcionalmente, a los sobrevivientes de la referida catástrofe, una deferencia que para nada atañe a casi dos mil extranjeros hacinados en el centro de atención de inmigrantes de Lampedusa, con capacidad para solo 300.