Escándalo por espionaje de EE.UU. domina panorama informativo europeo

Por Carmen Esquivel Sarría

París, 26 oct (PL) Las revelaciones sobre el masivo espionaje de Estados Unidos contra Francia y Alemania provocaron malestar esta semana y ocuparon el centro de atención en la cumbre de la Unión Europea (UE) y las sesiones de la Eurocámara.

El escándalo estalló el lunes cuando el diario Le Monde denunció que la norteamericana Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) interceptó aquí más de 70 millones de llamadas y mensajes telefónicos sólo entre diciembre de 2012 y enero de 2013.

La vigilancia incluía a empresarios, políticos, funcionarios de la administración central y ciudadanos comunes y corrientes, e incluso, hasta las embajadas en Washington y Nueva York.

El gobierno galo llamó a consultas al embajador estadounidense, Charles Rivkin, y también expresó su malestar en un encuentro entre el canciller Laurent Fabius y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry.

«Entre socios, ese tipo de prácticas que atentan contra la vida privada son totalmente inaceptables. Hace falta asegurarse que cesen rápidamente», dijo Fabius.

Aún cuando el problema estaba latente en Francia, nuevas informaciones señalaron que el teléfono celular de la canciller federal alemana, Angela Merkel, había sido interceptado por los servicios secretos estadounidenses durante años.

«El espionaje entre amigos y aliados no es aceptable en absoluto», dijo Merkel poco después de conocer que la NSA controlaba sus llamadas.

El tema fue objeto de análisis en una reunión del presidente francés, François Hollande, con la canciller federal alemana en Bruselas en ocasión de la cumbre otoñal de la UE.

Y, aunque inicialmente no estaba previsto en la agenda de la cita cimera, al final este escándalo terminó por imponerse y desplazar otros asuntos pactados de antemano.

El bloque de los 28 emitió un comunicado donde recordó a Washington que «la falta de confianza puede perjudicar la cooperación necesaria en el campo de la recopilación de datos de inteligencia».

El texto advierte que la alianza bilateral «debe estar basada en el respeto» y expresa su apoyo a las negociaciones de Francia y Alemania con la Casa Blanca para analizar el espinoso asunto.

Una declaración, que al decir de los analistas, fue más bien tibia porque no condena a Washington, ni tampoco se plantea interrumpir las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre la UE y Estados Unidos.

En el bloque las posiciones más contundentes vinieron del Parlamento Europeo, que en una sesión en su sede de Estrasburgo se pronunció por suspender el acuerdo de transferencia de datos bancarios con Estados Unidos, hasta tanto se esclarezca el espionaje.

En una resolución no vinculante aprobada por 280 votos a favor, 254 en contra y 30 abstenciones, la Eurocámara consideró necesario investigar si la NSA ha tenido acceso directo al llamado programa Swift que transfiere la información al país norteño con el fin de rastrear los flujos de financiamiento al terrorismo.

Durante su intervención en los debates, el vicepresidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, Willy Meyer, declaró que «la congelación del acuerdo es lo mínimo que los europeos debemos hacer para defender nuestra soberanía y los derechos humanos».

Una misión del Parlamento viajará en los próximos días a Washington para examinar con las autoridades el impacto de los programas de vigilancia sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos europeos.

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