Matanzas, Cuba (PL) El XXII Festival Cubadanzón-2013 tuvo un momento especial con el tributo al creador de ese género, Miguel Faílde, con una peregrinación a su tumba en el cementerio San Carlos de esta occidental ciudad cubana.
Tras la colocación de una ofrenda floral, varios de los participantes coincidieron en trabajar porque las generaciones futuras se preocupen por mantener vivo este ritmo, considerado el baile nacional cubano.
Precisamente la clausura de la cita danzonera sirvió de marco propicio para que el género musical recibiera la condición de Patrimonio inmaterial de esa nación caribeña.
La resolución del Ministerio de Cultura, leída por Gladys Collazo, Presidenta Nacional de Patrimonio, destacó que ese género es una digna expresión de la música tradicional de la mayor de las Antillas.
También, la declaratoria de la cartera cataloga al ritmo como elemento destacado del capital cultural inmaterial de Cuba.
«El hecho de otorgar ese lauro es pagar una deuda histórica a la música matancera, y un feliz reconocimiento», comentó a Prensa Latina María Victoria Oliver, directora general del Festival, celebrado en esta urbe a 100 kilómetros al este de La Habana.
GENESIS DE UN CREADOR
Miguel Ramón Demetrio Faílde y Pérez nació el 23 de diciembre de 1852 en Matanzas, y sus padres fueron Cándido Faílde, natural de Galicia, España, y Justa Pérez, una mulata matancera.
Tuvo como primer maestro a su padre, quien descubrió sus aptitudes para la música, ya que dominó el cornetín a la edad de 12 años. Al morir su progenitor estudió, gracias a su hermano mayor, con Federico Peclier, profesor del Conservatorio de París.
Apuntes biográficos señalan que dirigió la Banda de Bomberos de Matanzas, y en 1871 formó su propio grupo llamado La Orquesta de Miguel Faílde, la cual tocó por medio siglo con gran popularidad entre la población.
Miguel tocaba el contrabajo y la viola, y pese a no ser pianista interpretaba piezas complejas en ese instrumento.
También daba clases de música en su casa y participó en la edición de un semanario literario que llevaba por nombre Ideas Nuevas, proveniente de encuentros que sostenía con intelectuales en una imprenta, acorde con reseñas de su vida.
Faílde compuso la primera obra de danzón, estrenada en un baile el 1 de enero de 1879 en el antiguo Liceo Artístico y Literario de Matanzas, bajo el título de Las Alturas de Simpson, una barriada de esa municipalidad.
Antes de lanzarla al conocimiento público, ejecutó por primera vez en el inmueble Quinta Luna, en el citado barrio, el novedoso ritmo, en el que fusionó la contradanza francesa y ritmos africanos.
En unas notas facilitadas por Miguel Failde poco antes de su muerte al periodista matancero G. Villa, y reportadas en Cuba Musical, el autor del danzón describió del siguiente modo el nacimiento de ese ritmo:
«Se bailaba por aquel tiempo en Matanzas un baile de cuadros que llevaba el mismo nombre de danzón. Este baile lo formaban hasta 20 parejas provistas de arcos y ramos de flores».
Y añadió: «Era realmente un baile de figuras y sus movimientos se ajustaban al compás de la Habanera, que es el compás verdadero que debe dársele al danzón».
Faílde agregó: «El que dirigía este baile de figuras me invitó a que escribiera una música ad hoc, pues hasta entonces las parejas ejecutaban las figuras cantando a viva voz».
Y al escribir esa música -precisó- se me ocurrió la idea del baile que hoy se llama danzón.
«Lo escribí y puse en ensayo. Gustó a todo el mundo, es decir, a los músicos y a los bailadores, y se hizo popular en muy corto tiempo. Después escribí muchos, pero Âícuántos más no se han escrito y se seguirán escribiendo!», sentenció.
Entre su repertorio de composiciones, que no eran solo danzones, figuran La diosa japonesa, Cuba libre, Yo me voy para el otro mundo, Los mascavidrios, El mondonguito, Antón Pirulero, La serenata de Schubert y Jota aragonesa.
Especialistas aseguran que su sobrino, Osvaldo Castillo Faílde, recolectó al menos 144 danzones compuestos por el afamado tío.
Faílde murió el 26 de diciembre de 1921, en su natal Matanzas, conocida desde el siglo XIX como La Atenas de Cuba, por su desarrollo cultural.
CON UN TATARANIETO
Desde hace un año, ameniza bailables y espectáculos en Matanzas y en otras plazas cubanas la Orquesta Típica Miguel Faílde, integrada por 15 jóvenes y dirigida por el flautista Ethiel Fernández Faílde, tataranieto del creador del Danzón.
La agrupación juvenil tiene como propósito revitalizar el género y ofrecerlo desde su diversidad y posibles entendimientos, con las nuevas vertientes musicales, comentó Fernández Faílde a Prensa Latina.
«Como fecha de inicio del conjunto, compuesto íntegramente por egresados de la Escuela de Arte, está un concierto efectuado el 14 de mayo de 2012», rememora el joven director de 22 años de edad.
«Es difícil el empeño y un reto grande. Las personas, y en especial los bailadores, esperan mucho de nosotros. Tenemos un nombre que pesa mucho», reflexionó Fernández Faílde, quien precisó que el colectivo tiene una edad promedio de 20 años.
«Tenemos que reavivar el danzón también entre los jóvenes compositores de la Asociación Hermanos Saíz y del Instituto Superior de Arte», argumentó. «Nuestro proyecto es ambicioso», enfatizó.