El Estado mexicano enfrenta desde hoy a un nuevo grupo guerrillero que se autodenomina como Fuerzas Armadas Revolucionarias-Liberación del Pueblo (FAR-LP), mismos que hicieron una primera aparición pública a través de un comunicado desde el que señalaron al gobierno de Enrique Peña Nieto como un represor de las organizaciones civiles.
“La guerra contra el pueblo como política de Estado ha desatado una ofensiva represiva fundada en su concepción contra insurgentes; contra los luchadores sociales, organizaciones populares defensoras de los derechos humanos, ambientalistas, periodistas, líderes comunitarios, mujeres activistas por sus derechos, representantes estudiantiles y todo aquel que levante la voz y defienda al pueblo, (pues) se convierte en enemigo de este gobierno”.
De acuerdo con su comunicado, el FAR-LP mantendría una ubicación próxima a la Costa Chica y en la serranía de Guerrero, más cercana a La Montaña y Acapulco.
Su aparición obedece a crimines contra ecologistas, activistas de derechos humanos, organizaciones sociales, contra desplazados; además, se pronuncian contra la reforma educativa y exigen la liberación de presos políticos, entre los que se menciona a Tomás de Jesús Barranco, Ángel Guillermo Martínez, detenidos en 1999.
“El retorno a las armas es imprescindible. Si hoy están calladas, que se oiga en los pueblos y en las ciudades, en las costas y los valles, por los caminos del sur, por los caminos del mundo. A luchar desde todas las trincheras unidos, que estos malos gobiernos vean que si ellos son cientos, nosotros somos millones, que estamos en nuestros territorios y somos dueños de nuestras acciones”, expuso el FAR-LP en su comunicado atribuido a su Comandancia General, los comandantes Emilio, Camilo y Esperanza.
De acuerdo con el FAR-LP, el gobierno de Enrique Peña Nieto representa la continuación de Carlos Salinas de Gortari, “principal saqueador del país”.