Kingston, 3 dic (PL) Los gobiernos de Trinidad y Tobago y Jamaica analizaron hoy la aplicación de los acuerdos de libre movimiento de personas firmados por ambos países, a raíz de un incidente reciente en que Puerto España denegó la entrada a 13 jamaicanos.
El ministro de Relaciones Exteriores de Trinidad y Tobago, Winston Dookeran, se reunió aquí con su homólogo jamaicano, Arnold J. Nicholson, para revisar lo ocurrido el 19 de noviembre último, cuando 13 jamaicanos no pudieron ingresar al aeropuerto internacional de Puerto España Piarco, y fueron deportados a su país de origen al día siguiente.
Durante dos días, ambos cancilleres reconocieron que esa problemática afecta a ambas naciones.
Según el diplomático jamaicano, el incidente generó indignación pública y tenía el potencial de socavar la confianza y disminuir la buena voluntad por parte de muchas personas.
«He venido aquí por invitación del gobierno de Trinidad y Tobago para ver cómo juntos podemos trabajar para remediar o conseguir la cura a esa situación» dijo Dookeran.
Llamó a evitar que se desarrolle una guerra comercial y alertó que de no resolverse ese problema, los dos países sufrirían en términos de inversión, de empleo y de la construcción de la propia capacidad productiva.
Por su parte Nicholson expresó que Jamaica está decidido a cooperar para solucionar esa situación que ha afectado también la confianza en el movimiento de integración regional.
Kingston, 3 dic (PL) Los gobiernos de Trinidad y Tobago y Jamaica analizaron hoy la aplicación de los acuerdos de libre movimiento de personas firmados por ambos países, a raíz de un incidente reciente en que Puerto España denegó la entrada a 13 jamaicanos.
El ministro de Relaciones Exteriores de Trinidad y Tobago, Winston Dookeran, se reunió aquí con su homólogo jamaicano, Arnold J. Nicholson, para revisar lo ocurrido el 19 de noviembre último, cuando 13 jamaicanos no pudieron ingresar al aeropuerto internacional de Puerto España Piarco, y fueron deportados a su país de origen al día siguiente.
Durante dos días, ambos cancilleres reconocieron que esa problemática afecta a ambas naciones.
Según el diplomático jamaicano, el incidente generó indignación pública y tenía el potencial de socavar la confianza y disminuir la buena voluntad por parte de muchas personas.
«He venido aquí por invitación del gobierno de Trinidad y Tobago para ver cómo juntos podemos trabajar para remediar o conseguir la cura a esa situación» dijo Dookeran.
Llamó a evitar que se desarrolle una guerra comercial y alertó que de no resolverse ese problema, los dos países sufrirían en términos de inversión, de empleo y de la construcción de la propia capacidad productiva.
Por su parte Nicholson expresó que Jamaica está decidido a cooperar para solucionar esa situación que ha afectado también la confianza en el movimiento de integración regional.