Tokio, 11 ene (PL) El canciller japonés, Hirofumi Nakasone, encabeza gestiones del Gobierno para acallar los ecos de la infortunada visita realizada en diciembre pasado por el primer ministro Shinzo Abe al santuario tokiota de Yasukuni, se informó hoy aquí.
La información da cuenta que Nakasone y otros dos funcionarios se reunieron con congresistas y políticos estadounidenses, incluido el subsecretario de Estado Daniel Russel, a quienes prometieron trabajar por mejorar las relaciones con China y Surcorea.
Los Gobiernos de estos dos últimos repudiaron la presencia de Abe en la instalación capitalina que honra a 2,5 millones de nipones muertos en acciones bélicas, entre ellos jefes del Ejército Imperial que durante la Segunda Guerra Mundial cometieron crímenes de lesa humanidad en países asiáticos.
Las heridas causadas por ese grupo de criminales de guerra aun no han sanado, en tanto se interpreta la visita del jefe del Gobierno japonés a ese santuario como un insulto a la naturaleza de los pueblos chino y surcoreano y de otras naciones dominadas por el militarismo nipón en el siglo XX.
Nakasone declaró que Abe de ninguna manera honró el pasado imperial de Japón y, por el contrario, oró en Yasukuni por no hacer nunca más la guerra a sus vecinos asiáticos.
La gira del canciller por Estados Unidos pretende calmar los ánimos de la Casa Blanca que, a raíz del episodio, emitió una declaración que calificaba de decepcionante lo hecho por el primer ministro nipón.