Madrid, 12 ene (PL) Una marcha de más de 100 mil personas por acuerdos, paz y derechos humanos unificó a nacionalistas e independentistas del País Vasco, articulación que puede modificar la perspectiva política en esa comunidad autónoma española.
Por primera vez desde 1999 el Partido Nacionalista Vasco (PNV), de carácter centrista o conservador, y fuerzas arbetzales, más identificadas con la izquierda, actuaron juntas en una marcha por Bilbao el sábado constituida en un reto al gobierno de Mariano Rajoy.
La multitudinaria demostración se registró en medio de tensiones luego que la Audiencia Nacional prohibió una marcha similar a favor de los presos de la organización independentista ETA por considerar que detrás de la convocatoria estaba la proscrita agrupación Herria.
El PNV, partidos de izquierda y dos centrales sindicales tomaron entonces el viernes la iniciativa de llamar a otra manifestación con el lema Derechos Humanos, acuerdos y paz para evitar bloquear lo que consideraron una nueva coyuntura política en el País Vasco.
Según esas fuerzas, el territorio español vive un nuevo tiempo luego que en octubre ETA renunció a las acciones violentas y hace una semana sus presos y exreclusos aceptaron la responsabilidad por las acciones realizadas en el conflicto y abogaron por soluciones políticas.
La distensión que pudiera favorecer ese paso se vio amenazada, en criterio de nacionalistas e independentistas, por una redada reciente con ocho detenidos, entre ellos dos abogados conocidos por su interlocución con los presos de ETA.
Las asociaciones de víctimas del conflicto pidieron prohibir las dos marchas por considerarlas un estímulo al terrorismo y calificaron el acto en el cual los exreclusos admitieron su responsabilidad como una humillación para los caídos en actos violentos.
El gobierno conservador de Rajoy, por su parte, calificó la más reciente redada expresión de la lucha frontal contra ETA, con la cual -afirmó el ministro del interior, Jorge Fernández- no se negocia ni se negociará.
La situación desembocó, entonces, en un panorama en que el rechazo a la política de Rajoy para el País Vasco hizo confluir en un mismo escenario a fuerzas de diferente orientación, en opinión de algunos medios, como el diario digital Público.
El Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra,(PSE-EE) referencia vasca del Partido Socialista Obrero español (PSOE, emitió un comunicado de censura al PNV por su participación en la marcha, en coincidencia con la crítica del Partido Popular (PP) en la región.
El comunicado del PSE-EE indica que en lugar de respaldar a la izquierda, los nacionalistas debieron exigirle mayor implicación para terminar con ETA.
La presidenta del PP en País Vasco, Arantza Quiroga, estimó que el lema de defensa de derechos humanos, el acuerdo y la paz, escondió una unión de intereses entre quienes han hecho más daño a Euskadi y el partido de gobierno de la comunidad autónoma.
Sintomáticamente, aunque el PNV participó de la convocatoria, ninguno de los miembros del gobierno que domina ese mismo partido asistió a la manifestación. La anterior ocasión que la política vasca fue testigo de una confluencia del PNV y la izquierda fue en 1998 cuando se conformó el llamado pacto de Lizarra, para propiciar una tregua de ETA de 14 meses.
Ahora, aunque son muchos los obstáculos, algunos piensan que se abre la posibilidad de una paz definitiva, entre ellos Patxi Zabaleta, dirigente de la agrupación Aralar, para quien «El gobierno de Rajoy debería saber que la paz se está construyendo a pesar de él».